Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Como el lobo del pastorcillo

Los funcionarios federales, en especial los del ejecutivo y los que se supone son los responsables de mantener el estado de derecho, hablan y hablan, advierten y amenazan con no permitir saqueos, vandalismo y otros actos delictivos bajo el pretexto de protestas por el alza en el precio de los combustibles.

Pero esas expresiones la estamos escuchando desde hace 4 años, sin ver las acciones para la materialización de los compromisos oficiales, incluyendo los pronunciamientos del Jefe de la Nación.

Como ejemplo reciente, Gerardo Ruiz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes anuncio de mantendrá vigilancia estricta, en el uso de las atribuciones que le confiere la Ley, para sancionar con el retiro del permiso de circulación a transportistas que bloqueen las vías de comunicaciones federales.

A este señor se le olvida, o posiblemente no se ha dado cuenta de los bloqueos a vías de comunicaciones, de las tomas de casetas, de la barricadas en las vías del ferrocarril, donde los vándalos accionan impunemente a ciencia y paciencia de las autoridades.

Miguel Angel Osorio Chong, el tutelar de la Secretaría de Gobernación, es uno de los funcionarios que más advertencias ha hecho sobre la manutención del estado de derecho, mientras los maestros y delincuentes disfrazados de grupos sociales aprovechan la inconformidad magisterial para cometer saqueos y todo tipo de actos vandálicos.

El titular de la SCT refiere manifestaciones y actos “siempre sin afectar los derechos de terceros” y habla de la identificación de “placas y vehículos que hayan participado en bloqueos carreteros, para determinar la aplicación de la sanción. Una vez reconocida la unidad, se notificará a la empresa, para darles derecho de audiencia y presentar pruebas ante el Ministerio Público Federal, y posteriormente ante el juez correspondiente”.

Las amenazas o advertencias oficiales sobre la aplicación de la ley, frente a la impunidad de que gozan los delincuentes, sin que nada suceda, nos recuerda aquel cuento del pastorcillo que para llamar la atención anunciaba la presencia del lobo atacando a sus ovejas, sin que esto fuera cierto y cuando ocurrió el acho del carnívoro no hubo ninguna respuesta de los vecinos.