Galimatías oficial
Los mensajes del presidente Enrique Peña Nieto y los de sus funcionarios, nos remontan a la época de las famosas frases cuete en la administración del presidente Luis Echeverría Alvarez, donde oradores en campaña como el malogrado Alfredo V Bonfil, algunos de ellos luego funcionarios, entre ellos Carlos Armando Biebrich, Augusto Gómez Villanueva, Porfirio Muñoz Ledo y otros que, por regla general, hablaban mucho y no decían nada concreto.
Hablar del cocacolero de las víboras y tepocatas, o del “haiga sido como haiga sido”, ya no tiene objeto, aun cuando a lo largo de sus administraciones quedaron en dichos sus intenciones de gobierno y en el último se perdió la declarada guerra contra el narcotráfico e involucró al glorioso ejército nacional, a grado tal que está haciendo crisis en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Lo más grave de esto es que los malandrines, con más razón los delincuentes, le han perdido el respeto y la consideración que, por sus antecedentes históricos, se tenía a los elementos del ejército mexicano.
Ciudadanos de la tercera edad que en las escuelas primarias recibieron clases de civismo y se les inculcaron los valores de la patria y de sus símbolos, entre ellos el ejército, jamás habrían pensado en ver la impunidad hacia las turbas de delincuentes encapuchados agrediendo y causando daños a instalaciones militares, mientras nuestros soldados se escondían, no por falta de valor, sino por las instrucciones dadas por su Jefe Nato.
La realidad en lo que va del mandato del presidente Peña Nieto es que sus buenos deseos, sus acciones e iniciativas, con la complicidad de un abyecto Congreso de la Unión, no han dado al pueblo de México los beneficios que, Ejecutivo y Legislativo, han pregonado.
Los anunciados beneficios de la reforma energética, los de la educativa, no se han dado y cada vez se ve un retroceso en el caso de la primera, tanto en materia de combustibles, a grado tal que siendo un país petrolero, dependemos del exterior, mientras en energía eléctrica se miente cuando se menciona que no se afecta a los consumidores domésticos.
Hablan de finanzas sanas, de una deuda controlada y culpan a Donald Trump de la devaluación del peso frente al dólar, olvidándose que el desorden administrativo, la corrupción y la impunidad en el sexenio de Peña Nieto, incluyendo la deuda por la emisión de papel o bonos pagaderos a 100 años, por más de 7 mil millones de euros captados para Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.
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