
Lo que dijo en su informe la Presidenta Claudia Sheinbaum del Sector Agropecuario y del Sistema Hidroagrícola
Por Guadalupe Villalobos Guerrero

El reciente informe de la Presidenta Claudia Sheinbaum incluyó un apartado breve y poco profundo sobre el sector agropecuario e hídrico. Se habló de 19 reformas constitucionales y 40 nuevas leyes, entre las que destacó la protección de los maíces nativos y la prohibición de la siembra de maíz transgénico. Sin embargo, más allá del discurso, el impacto real es cuestionable: México sigue importando 24 millones de toneladas de maíz amarillo y, este año, incluso maíz blanco transgénico para consumo humano.
La estrategia de autosuficiencia alimentaria fue presentada como un avance en cultivos básicos —frijol, maíz, arroz— y en productos de origen animal como carne y leche. A ello se suman programas sociales: 34 mil pequeños productores reciben Precios de Garantía, con la opción de procesar cacao y café bajo la marca “Bienestar”; 415 mil sembradores perciben un apoyo mensual dentro de Sembrando Vida; y 3 mil productores de leche abastecen a millones de familias. Son esfuerzos válidos, pero centrados casi exclusivamente en el pequeño productor, lo que deja sin atender a medianos y grandes agricultores, indispensables para alcanzar una verdadera soberanía alimentaria.
Faltaron respuestas en temas estratégicos. No se mencionó nada sobre financiamiento productivo, ni sobre qué institución sustituirá a la desaparecida Financiera Rural, un vacío que sigue afectando la inversión en el campo. Tampoco se aclaró si los Precios de Garantía continuarán sin cambios o si sufrirán recortes, particularmente en regiones del norte donde predominan productores de mayor escala.
En lo hídrico, el informe destacó un programa de tecnificación de riego en 18 distritos agrícolas. Que se mencione a Baja California despierta interrogantes: ¿implica negociar 100 millones de metros cúbicos de agua a cambio de esa inversión?, ¿o se trata de un acuerdo ya establecido que aún no se comunica a los usuarios?
Respecto a obras de infraestructura, la presidenta subrayó la Planta Desalinizadora de Rosarito. Sin embargo, de acuerdo con el Portal de Proyectos México (actualizado al 11 de agosto de 2025), el proyecto identificado con la clave 0964 se encuentra en fase de Estudios, con una inversión estimada en 8,875 millones de pesos y financiamiento de Banobras y Fondin. La gobernadora Marina del Pilar Ávila informó en Tijuana el 20 de agosto que este proyecto forma parte de un paquete de inversiones hídricas por 24,670 millones de pesos, lo que sugiere que todavía es un plan en desarrollo más que una obra en marcha.
En síntesis, el campo y el sistema hidroagrícola apenas fueron tocados en el informe presidencial. No hubo anuncios concretos de mayores recursos ni señales de un cambio de rumbo. Será hasta el próximo 8 de septiembre, con la entrega del presupuesto, cuando se confirme si habrá mejoras o, por el contrario, recortes que agraven la situación.
Lo que México necesita en 2026 no es repetir viejos esquemas de subsidios sociales, sino construir una verdadera política agroalimentaria de Estado, basada en tres pilares: financiamiento accesible y productivo, tecnificación real del riego sin comprometer agua de los usuarios, y mercados estables que integren a pequeños, medianos y grandes productores. Solo así el campo podrá dejar de ser tema de discursos y convertirse en motor de desarrollo nacional.
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