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Caca de gallina

Por Erwin Macario › tabloiderevista.com

No es sólo un cuento u obra teatral, como lo fue hace años en Tabasco. Tampoco es sólo un tema político, de salud o escatológico. O una oportunidad más para los eufemismos.

En Huimanguillo han muerto cientos de reses por ingerir gallinaza o pollinaza contaminada, no se ponen de acuerdo, pero es mierda de gallina o pollo usada desde hace años como alimento para el ganado, pese que ha habido casos similares de mortandad de ganado en otros lugares del país.

Políticamente el tema ha sido usado para tirar más mierda a la puerta del gobierno de Javier May Rodríguez. ’Han muerto más de dos mil reses’ aseguró el diputado federal priista Erubiel Alonso Que, en rueda de prensa de este lunes, que amenazó realizará todos los lunes, una hora antes de la ’Mayanera’, a partir del mes de mayo.

Oficialmente no se ha dado a conocer el número de reses muertas. Se calculan 1,500.

En salud, aunque otro senador — este traidor al PRI y afiliado a Morena—, dijo que no había peligro por la posible ingesta de carne de estas reses. Por suerte los ganaderos afectados están actuando con responsabilidad y, con el apoyo del Gobierno de May, están enterrando las reses muertas.

El diario El País señala: Las autoridades recomiendan evitar el uso de pollinaza o, en caso de hacerse, evitar que supere el 10% o 15% de la dieta de los animales, pues a partir de este porcentaje su consumo no es seguro. Además, este tipo de compuesto debe pasar por un tratamiento térmico ?hay que dejarlo durante unos 20 minutos a 79º para eliminar la posible gripe aviar y reducir el riesgo de intoxicación? sin el que se vuelve peligroso para el ganado. Todavía no está claro si el problema en este caso ha sido un consumo excesivo o si contenía microorganismos, como hongos o bacterias, que hayan podido envenenar a las reses.

Usar este desecho avícola como alimento para rumiantes ha resultado barato para los productores de ganado, con los altos costos que pueden generarse en eventualidades como ésta de Huimanguillo, en la que muchos llevan más mierda a sus parcelas políticas.