El arte desde lo estético y lo económico
Por Dianeth Perez Arreola
Cuando hablamos de arte, hablamos de artistas, pero también de mecenas, y por lo tanto, de dinero.
El arte desde las primeras civilizaciones está ligado al Estado, desde las pirámides hasta el Guernica de Picasso; son producto del interés artístico y político de los gobiernos. El ejemplo más destacado es el Museo Guggenheim de Bilbao, del arquitecto Frank Gehry, como encargo de las autoridades públicas del País Vasco y que ha puesto a la ciudad en el mapa del arte contemporáneo.
Por tanto, se invierte para lograr un objetivo, sea obtener el favor de los dioses, conmemorar victorias, como símbolo de poder, o para hacerse del cariño de los ciudadanos, dice Víctor Manuel Nieto, catedrático de Historia del Arte. Entonces en el caso que nos ocupa deberíamos preguntarnos ¿cuál es el objetivo del gobierno al patrocinar el cocinero chino?
Descartemos el obtener el favor de los dioses. Sobre conmemorar victorias o como símbolo de poder, entramos al reino de lo simbólico. Aquí el debate es álgido entre historiadores y algunos miembros de la comunidad china; mientras los segundos insisten en la versión de que fueron los fundadores de la ciudad, los primeros lo niegan categóricamente. Como mexicalenses, reconocemos, valoramos y aceptamos las aportaciones sociales, culturales, culinarias y económicas que ha hecho la comunidad china a la ciudad… pero de ahí a querer una estatua gigante representante de lo no-mexicano, hay mucho trecho.
Las estatuas de gran tamaño son una representación de poder. De las ocho más grandes del mundo, solo dos no tienen una connotación religiosa. Por esto y sobre la cuarta razón; hacerse del cariño de los ciudadanos, creo que este proyecto ha resultado totalmente contraproducente.
Ahora regresemos un momento al punto del dinero. ¿Es correcto gastar 6.5 millones de pesos en una obra así? El gasto original anunciado fue de 1.5 millones de pesos, a los que se han sumado 5, los que cubrirá la iniciativa privada, entre ellos por supuesto la comunidad china. Entonces, es como organizar un homenaje y cobrar al homenajeado por asistir.
Todo lo anterior no pretende descalificar la existencia de arte. Su función puede resumirse en satisfacer las necesidades estéticas de los seres humanos, mediante obras que proporcionan un placer estético, enriquecimiento espiritual y satisfacción personal a partir de la recreación artística de la realidad en sus diversas formas de expresión. Entonces, el arte resulta no solo un contenido de la educación del ser humano, sino también un medio para educarlo, para ampliar su visión del mundo y de sí mismo, ahora desde la perspectiva de los valores estéticos.
Por supuesto, la belleza está en los ojos del espectador.
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