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Guadalupe Victoria: de guerrillero a benemérito

Por José Antonio Aspiros Villagómez

Guadalupe Victoria había sido en México un héroe al que no se le rendían homenajes semejantes a los de Hidalgo, Morelos, Juárez o Madero. Sin embargo, en 1986 se convirtió en una figura de actualidad al conmemorarse dos siglos de su nacimiento, acaecido bajo el signo de Virgo el 15 de septiembre de 1786 en Tamazula, provincia de Nueva Vizcaya, hoy estado de Durango. Y en 2024 recibe honores en el bicentenario de su presidencia.

Hijo de españoles, su verdadero nombre fue José Miguel Ramón Adauto Fernández y Félix, pero se lo cambió en homenaje a la Virgen de Guadalupe, así como por sus triunfos y anhelos militares, que le permitieron ascender hasta general durante la guerra de Independencia y después alcanzar la Presidencia de la República.

Guadalupe Victoria, quien había sido un hábil guerrillero en la sierra de Veracruz y luego vivió 30 meses como anacoreta al perder fuerza la sublevación, fue el primer presidente de México tras la abolición tanto del virreinato como del efímero imperio de Agustín de Iturbide, y el único que cubrió ininterrumpidamente su mandato en los primeros 40 años de vida independiente del país.

Inició su gobierno hace 200 años, el 10 de octubre de 1824, a los 38 años de edad. Gobernó con base en la Constitución promulgada ese mismo año y que daba al país la forma de una república federal. Recibió el reconocimiento inmediato de Estados Unidos y Gran Bretaña, nación ésta última que concedió a México el primer préstamo de su historia independiente.

Además, estableció relaciones diplomáticas con Colombia y las naciones de América Central. Envió delegados al Congreso Interamericano en Panamá en 1826, que luego trasladó su sede a la villa de Tacubaya, cercana a la ciudad de México, pero las deliberaciones terminaron sin consolidar los anhelos de unificación que había perseguido Simón Bolívar.

Otros hechos relevantes de la administración de Guadalupe Victoria fueron la creación del Colegio Militar -heroico desde el episodio de los Niños Héroes en 1847-, del Museo Nacional -aunque quien lo inauguró fue el emperador Maximiliano- y del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, sede desde entonces de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Este presidente inició en 1825 la tradición de dar el Grito de Independencia, abolió la esclavitud, liquidó por la vía armada el último reducto español en el fuerte veracruzano de San Juan de Ulúa, expulsó a los demás peninsulares residentes en México, y trató de crear una fuerza multinacional que ayudara a la emancipación de otras colonias, pero Estados Unidos se opuso a este proyecto. Planeaba la construcción de un canal interoceánico en Tehuantepec, que felizmente no prosperó, pues hubiera significado el cercenamiento del sur del territorio a manos estadunidenses.

Cuando llegó el momento de la sucesión, ya existían en México tres logias masónicas: la del rito escocés de tendencia centralista y conservadora, que apoyaba como candidato al ministro de Guerra Manuel Gómez Pedraza; la yorkina, liberal y federalista, traída por el nefasto embajador estadunidense Joel R. Poinsett, y la nacional, también progresista; éstas dos postularon a Vicente Guerrero. El Congreso eligió a Gómez Pedraza, pero grupos militares y civiles se amotinaron, alegaron ilegalidad, el candidato triunfante huyó, y el Congreso nombró a Guerrero como segundo presidente de la República.

El general Guadalupe Victoria entregó el poder el 31 de marzo de 1829 y murió 14 años después, víctima de epilepsia, acompañado únicamente por su esposa ciega María Antonieta Bretón y por su fiel ayudante, el teniente Lazarillo. Unas fuentes señalaron que murió en medio de la pobreza, pero descendientes suyos por parte de su hijo natural Francisco de Paula López, aseguraron que tenía haciendas en Puebla y Veracruz.

El Congreso lo declaró Benemérito de la Patria y ordenó inscribir su nombre con letras de oro en la Cámara de Diputados. Sus restos descansan actualmente en la Columna de la Independencia de la ciudad de México, pero antes estuvieron en diversos panteones. Uno de sus biógrafos afirma que los invasores estadunidenses violaron su sepulcro en 1847, y dos de ellos murieron por haber bebido el alcohol en que se conservaban sus vísceras.

Guadalupe Victoria es uno de los 38 generales que han gobernado a México, uno de los dos únicos presidentes originarios de Durango y uno de los siete héroes insurgentes que alcanzaron la máxima investidura nacional.

Fuentes consultadas:

*        Alvarado Hernández, Rodolfo, y Juan Bonilla Luna. Las inscripciones con letras de oro en la Cámara de Diputados. LI Legislatura de la Cámara de Diputados, México, 1981.

*        Amezcua, Francisco. Primer presidente de México. Boletín bibliográfico de la SHCP N° 448, 1 de octubre de 1970.

*        Appendini, Guadalupe. Francisco de Paula López, hijo natural de Guadalupe Victoria, no quiso que lo reconociera su padre. Excélsior, 18 de julio de 1896, página 1-B.

*        Cervera, Juan. Guadalupe Victoria/Aniversario luctuoso. Servicios Especiales Notimex, 20 de marzo de 1986.

*        Cervera, Juan. Guadalupe Victoria murió epiléptico, pobre y olvidado. Servicios Especiales Notimex, México, 12 de septiembre de 1984.

*        Guadalupe Victoria, 1824-1829. Revista Ferronales.

*        Guadalupe Victoria. Divulgación histórica de México. Folletos hechos en México.

*        Sayeg Helú, Jorge. La creación del Distrito Federal. Colección Popular Ciudad de México, 1975.

*        Villaseñor y Villaseñor, Alejandro. Biografías de los héroes y caudillos de la Independencia. Editorial del Valle de México, 1984.

(Publicado originalmente en el Anuario 1896 de la Editorial Tiempo y Lenguaje)