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Riegan 20 mil hectáreas con agua robada en Chihuahua

Demandan un volumen de 230 hm3 al año, lo que equivale a lo que aporta Chihuahua para cumplir con el Tratado de Aguas con EU

Por David Piñón Balderrama | El Diario de Chihuahua

CHIHUAHUA— En los distritos y unidades de riego de la cuenca del Conchos y sus afluentes, donde están ubicadas las principales presas del estado, son irrigadas con agua robada superficial o del subsuelo alrededor de 20 mil hectáreas, lo cual demanda un volumen de 230 hectómetros cúbicos al año (hm³), lo que equivale a lo que aporta Chihuahua para cumplir con el Tratado de Aguas con Estados Unidos.

Así lo asienta un análisis de los tipos de agricultura existente en la entidad, que considera al límite de su capacidad a las presas La Boquilla, Las Vírgenes y El Granero, pero también al agua extraída del subsuelo, pues los 21 acuíferos de la región tienen una recarga media anual de 985 hm3 y una extracción de dos mil 318 hm³. 

El estado es considerado la quinta economía agropecuaria del país, de acuerdo al “Análisis de diferentes tipos de agricultura para la conceptualización de una nueva ruralidad en el norte de México. El caso de Chihuahua”, elaborado por Víctor Quintana y Martín Solís, como consultores de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). 

“En los últimos 20 años han experimentado vertiginosas transformaciones en el medio rural como la expansión de la frontera agrícola, sobre todo mediante la apertura de tierras al riego con pozos profundos en el desierto por colonos menonitas, crecimiento de cultivos comerciales y ampliación de la producción de leche, carne y ganado en pie”, asientan los autores.

Señalan que Chihuahua es el primer productor nacional de alfalfa, maíz amarillo, manzana, nuez, algodón, chile verde y avena forrajera, y cuarto lugar en producción de leche, productor de carne y primer exportador de ganado en pie. Suma en total 15 millones de toneladas de productos agrícolas. 

En 2021, el valor de la producción agrícola ocupó el quinto lugar nacional, después de Michoacán, Jalisco, Sinaloa y Sonora. Produce además mil 200 millones de litros de leche y 86 mil toneladas de carne en canal y es el principal exportador de ganado en pie. El valor de su producción es cercano a los 70 mil millones de pesos anuales.

LA MAYOR BRECHA, LA DEL AGUA

El gigante productivo que es Chihuahua, sin embargo, “se mueve con pies de arena”. Uno de esos pies lo constituyen las enormes brechas que han ampliado entre los diversos tipos de agricultura, de temporal o de riego, entre las diversas regiones del estado, entre los diferentes estratos de productores, entre las mismas unidades productivas, entre las poblaciones de las diversas identidades étnicas o culturales; y entre el acceso a la tecnología (sistemas de riego por goteo computarizados en unas regiones y barbecho con barra en otras).

“En la actualidad se está generando una enorme brecha entre las generaciones actuales y las venideras en lo que se refiere a la disponibilidad de recursos naturales”, asientan.

El otro pie de arena, señalan, es la sustentabilidad de los recursos naturales. La expansión productiva del sector agropecuario y forestal en Chihuahua ha sido a costa de una gran depredación del agua superficial, tanto para riego agrícola como para enviarla a otras entidades y a los Estados Unidos; de los mantos acuíferos, para expandir la frontera agrícola, sobre todo al desierto y establecer cultivos de alta demanda hídrica; de los pastizales, por la sobrecarga de ganado; de los bosques, sobre todo por la explotación ilegal practicada por el crimen organizado, y de las actividades minera y turística, también grandes consumidoras de agua. 

“Todo esto con una causalidad circular con el cambio climático: a mayor intensidad de este, mayor uso intensivo del agua y del suelo; a mayor uso intensivo de estos, más severidad del cambio climático”, consieran.

En el marco del análisis de Quintana y Solís, la brecha que presentan como más retadora es la del agua. El estudio señala que en Chihuahua hay un volumen total concesionado de agua de 5 mil 491 hm³ para todos los usos. De ese volumen, 3 mil 367 hm³ corresponden a aguas subterráneas y 2 mil 123 hm³ a aguas superficiales. 

Del total, el volumen total concesionado para uso agrícola es de 4 mil 796 hm³, es decir, este rubro consume el 87 por ciento del volumen total del volumen concesionado, cuando a nivel nacional, para este uso se dedica el 75 por ciento, lo que ubica a la entidad 12 puntos porcentuales por encima del promedio del país.

De los 4 mil 796 hm³ destinados a uso agrícola, 2 mil 750 hm³ corresponden a aguas subterráneas y 2 mil 046 a aguas superficiales, asientan los consultores con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) del año 2022.

En este marco y aunque el abordaje del análisis comprende todas las regiones del estado, destaca la ecorregión del Conchos por ser la que concentra las tres principales presas del estado, ubicadas en San Francisco de Conchos (La Boquilla), Rosales (Las Vírgenes) y Aldama (El Granero), que son las principales fuentes de agua para la actividad productiva.

Con el agua de las presas, ríos y tomas del subsuelo, son irrigados los campos de 13 municipios: Ojinaga, Coyame del Sotol, Manuel Benavides, Aldama, Julimes, Rosales, Meoqui, Delicias, Saucillo, La Cruz, Camargo, San Francisco de Conchos y Jiménez, ubicados dentro en una superficie total de 67 mil km² que representan el 27 por ciento del territorio estatal

La superficie de riego es de 85 mil 908 hectáreas y tiene 11 mil 725 usuarios del agua. El volumen concesionado de las presas es de mil 086 hm³ anuales; cada ciclo depende del volumen almacenado en las presas. Adicionalmente, el Distrito de Riego 05 Delicias tiene una concesión de aguas subterráneas de 51 hm³.

Las unidades de riego establecidas en la región utilizan principalmente aguas subterráneas, aunque varias unidades de riego sobre las riberas de los ríos Conchos y San Pedro irrigan sus tierras con el agua superficial.

“El problema más grave del agua superficial para riego agrícola se presenta en los distritos de riego de la cuenca del río Conchos, Delicias (005), Alto Río Conchos (113) y Bajo Río Conchos (090)”, señalan los autores del análisis, quienes sostienen que, con base en las evidencias de fotografías satelitales, en el ciclo 2017-2018 se sembraron 9 mil 323 hectáreas adicionales y en el ciclo 2018-2019, 2mil 234 hectáreas adicionales a las reportadas.

En este último ciclo también hubo superficies adicionales no registradas ni autorizadas en las unidades de riego en las cuencas del río Conchos y su tributario, el río San Pedro. Aun cuando es factible sembrar 12 mil 813 hectáreas con el agua concesionada, la Gerencia de Unidades de Riego de la Conagua registró 23 mil 190 hectáreas, es decir, 11 mil 057 hectáreas más, mismas que seguramente carecen de título de concesión. 

Asimismo, las fotografías satelitales revelaron que se cultivaron 6 mil 748 hectáreas adicionales a las 12 mil 813 que se pueden regar con los volúmenes concesionados. 

En esta misma zona, también mediante las fotos satelitales, se localizaron 400 polígonos de parcelas sin registro en las unidades de riego que representan una superficie cultivada adicional de 3 mil 500 hectáreas. 

En estas dos cuencas y en la del río Florido se detectaron además 71 puntos irregulares de extracción de aguas superficiales y 307 de aguas subterráneas sin coincidencia con lo que consta en el Registro Público de Derechos del Agua (Repda).

Así, en total, se calcula que en la zona de distritos y unidades de la cuenca del Conchos y sus afluentes hay unas 20 mil 000 hectáreas que posiblemente están regando sin registro o título de concesión para el agua superficial o subterránea. 

“Ante todas estas irregularidades son muchas las omisiones y deficiencias en la administración del agua. Hay extracción de agua que supera con mucho lo estipulado en los títulos de concesión; los títulos protegen volúmenes que están muy por encima de las capacidades de recarga de los acuíferos; hay títulos apócrifos, repetidos o trasplantados irregularmente de un acuífero a otro”, sostienen. 

“Hay tomas clandestinas, tanto de aguas superficiales como de aguas subterráneas. La Conagua no tiene la capacidad de medir con precisión los volúmenes extraídos ni de localizar las superficies irrigadas ilegalmente. No hay coordinación entre las dependencias para evitar la extracción de volúmenes no permitidos y que se conecte a las líneas de transmisión de la Comisión Federal de Electricidad (para la operación de pozos)”.

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*Publicado y tomado del portal https://diario.mx/