Por Antonio Magaña.
Los apagones en Mexicali continuarán. No acabarán con la visita del presidente, Barlett y Claudia Sheinabum.
(En estos momentos 13:32 sufrimos un apagón en la zona)
Seguirán, a pesar de las medias verdades sobre la compra de Iberdrola.
No se detendrán con anuncios «históricos» sobre «históricas inversiones» en el sector eléctrico.
No cesarán con la generación, de quién sabe cuántos MW en la Planta ‘Vidanta’, de Puerto Peñasco.
Ni con la histórica interconexión al macizo continental anunciada por el secretario de economía Kurt Honold.
Las tantas y tantas buenas e históricas noticias, no pondrán fin a los apagones, o “suspensiones de energía”, como les llama elegantemente la gobernadora a esos cortes inesperados de la luz.
(Otro apagón en la zona 13:57).
Para desgracia de los mexicalenses el “se fue la luz”, intermitencias eléctricas o picos de voltaje, van a seguir haciendo historia y daños irreversibles a los aparatos electrodomésticos.
Si lo duda, pregúnteles a los habitantes del Ejido Querétaro, quienes el fin de semana, durante la visita presidencial, se quedaron sin luz por más de 20 horas, cuando el termómetro marcaba más de 50°C.
(Ese ejido está a 10 minutos de la Planta que vino a supervisar el presidente).
Un fenómeno realmente “histórico” es que, el pasado mes, se rompieron tres récords de temperaturas:
6 de junio, «47.5°C». 23 de junio, «48.1°C». 25 de junio, «48.6°C».
Y, julio, también comenzó batiendo récords:
Viernes 5, «51.3°C». Domingo 7, «50.6°C».
Hoy se confirmaron las muertes de 11 «excluidos sociales» por el calor. El año pasado fueron 43.
Los apagones seguirán, porque se dejó de invertir lo necesario en la generación, transportación, transformación y distribución de energía.
En el caso de Mexicali, seguirán los apagones por la falta de inversión de CFE, el crecimiento y la naturaleza de la ciudad:
Más de un millón de habitantes, asentados en un espacio plano y muy extendido, que dificulta la prestación de los servicios públicos.
La red eléctrica es una larguísima telaraña enmarañada, con transformadores de todos los tamaños, colores y sabores.
De nada sirve invertir en generación, si no se invierte en la transformación y distribución de la luz.
Con las altas temperaturas infernales, la vieja y extensísima red -‘está que arde’-, provocando apagones, picos de energía y calentamiento de cables y transformadores; (calentamiento es = a mayor consumo) que terminan pagando los usuarios.
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