Semanario El Pionero

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Entre Los Surcos…

Dinero, caldo de cultivo para agitar

Por César Villalobos López

Desde que el gobierno federal entregó el manejo del agua a los usuarios del Distrito de Riego 014 del Rio Colorado, sin cumplir lo establecido en los contratos firmado con los usuarios para la ejecución de las obras de rehabilitación y compactación del Distrito, surgieron inconformidades y liderazgos, algunos nefstos.

Con la compactación y rehabilitación se buscaban ahorros de agua y se vislumbraba la posibilidad de dobles cultivos, con el volumen asignado, haciendo un buen uso del vital líquido, por parte del usuario.   

Como en la revolución, la orden del presiente Carlos Salinas de Gortari fue “cartucheras al cañón, quepan o no quepan”. 

Ernesto Cedillo Ponce de León fue el encargado de la ejecutar la orden presidencial, ante la resistencia de los dirigentes de las Ligas Agraria Estatal y de Comunidades Agrarias, la Unión Agrícola Regional y la Federación de la Pequeña Propiedad.

Si bien, los productores agrícolas estaban interesados en el manejo del agua, para recibir el Distrito exigían la total ejecución de las obras de rehabilitación, mismas que continúan inconclusas y obsoletas en su tiempo de vida útil.

La oposición de los dirigentes estaba fundada, no había drenes parcelarios, el drenaje a cielo abierto quedo a medias, el revestimiento de canales no fue total, menos la promesa contratada y joya de la corona, la instalación de compuertas para medir el agua que se entregaría por volumen a cada predio. 

Los gobiernos subsecuentes a los del presidente Echeverria Álvarez, no dieron la importancia al desarrollo y terminación del proyecto, pero lo más grave fue que los legisladores de extracción campesina se olvidaron de incluir en el presupuesto de la federación partidas para la rehabilitación.   

El mismo Ernesto Cedillo, al actuar bajo las indicaciones presidenciales soslayo la importancia del posicionamiento de los dirigentes de las agrupaciones, tal vez por ambiciones políticas o por desorientación de parte de los funcionarios locales relacionados con el agua. 

A partir de las firmas de acta entre Mexico y Estados Unidos, a través de la Comisión Internacional de Limites y Aguas -CILA- usuarios y unos que otro buscador de liderazgo, han aprovechado para llevar agua a su molino.

Lamentablemente, el desempeño de los funcionarios responsables de su manejo y aplicación, no ha sido claro y ha dejado muchas dudas, magnificadas por las versiones de estudiosos que, lejos de orientar y proponer soluciones, solo generan dudas y agitan.