Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Comiendo con el Enemigo

Por Rosa Chávez Cárdenas

El empobrecimiento nutricional de la industrialización y los aditivos químicos son un peligro para la salud, los gobiernos son omisos a cuidar esos detalles. Desde hace unos años vemos corrientes de alimentación algunas rayan en la obsesión, hasta se vuelven anoréxicas y cualquier alimento lo ven con miedo. Vamos revisando la obsesión por no ingerir lácteos y trigo, dicen que los humanos no necesitamos los lácteos, pero no toman en cuenta la historia, el trigo y después de la leche materna a los niños se les ha alimentado con leche de vaca, de chiva, de búfalo, hasta de burra, del animal que cada país acostumbra. El historiador griego Estrabón investigó la influencia del alimento sobre el ser humano y comentó: “Los pastores nórdicos que se alimentan de leche, miel y queso aventajaban a los otros pueblos en el respeto a la justicia”. 

La industrialización nos ha traído muchas enfermedades, la comida rápida, la carne de animales alimentados con químicos, los alimentos enlatados y procesados son un gran riesgo para la salud. Los aditivos alimentarios están asociados al incremento de cáncer. El abuso de sustancias extrañas ha modificado la evolución de la humanidad. Hace un par de años al gobierno se le ocurrió obligar a todos los alimentos empaquetados contar con etiquetas que dicen: exceso de sodio, azúcar, grasas saturadas y grasas trans. Sería bueno preguntar a la gente si sabe cuales son las grasas trans y si dejan de comprar un alimento por las etiquetas. 

Un riesgo para la salud son los aditivos y colorantes. Las preferencias inician desde pequeños, la industria invierte millones de pesos en marketing, los antojos serán de orden psicológico y emocional. Ya no estamos orientados por el instinto de los animales a los alimentos útiles; influye el color, el sabor, el envase y el jingle publicitario. Para las preferencias juega un papel decisivo los aditivos alimentarios, sustancias no nutritivas que se añaden a los comestibles y bebidas para hacerlos más suculentos, mejorar su apariencia, aroma, consistencia y propiedades de conservación como el pan Bimbo, usan unos conservadores tan potentes que solo le cambian la bolsa de caducidad y siguen en buen estado. 

El primer aditivo que se utilizó en la historia fue la sal, fue la manera de conservar la carne y el pescado antes de contar con los congeladores, en Egipto usaban colores derivados de vegetales y de insectos para mejorar el aspecto de la comida, en Mesoamérica se utilizó la cochinilla del nopal, en China fue donde por primera vez se utilizó el azúcar para prevenir la descomposición de las frutas iniciaron con jarabes y mermeladas. Que diferencia con los seis mil aditivos que se utilizan actualmente y la mayoría no aparecen en la lista de ingredientes.

Les comarto el proceso de las papas fritas. Son rociadas con pesticidas tóxicos, recién cortadas las introducen en un tanque que contiene cloro. Ya cortadas las bañan con sulfito de sodio y anhídrido carbónico para blanquearlas, al freírlas el aceite ya ha sido reutilizado lo cual lo vuelve tóxico, finalmente las salpican con antioxidantes como el BHT y BHA para evitar que se hagan rancias. Pero con singular alegría compran las tostadas en los mercados fritas en un aceite reutilizado de color negro. 

Que decir de las bebidas de frutas que no contienen gas, endulzadas con fructuosa y glucosa. La fructuosa en alimentos procesados está asociada a enfermedades metabólicas:  obesidad, diabetes, hígado graso y lípidos en la sangre, la fruta fresca tiene fibra y vitaminas por eso la diferencia.

El café descafeinado es más dañino que el natural. Para extraer la cafeína utilizan el tricloroetileno que está asociado con cáncer y tumores hepáticos, el café natural es mejor que el descafeinado, si lo consume puede que le quite el sueño, pero no la vida. Por cierto, ni los buenos vinos se escapan de los aditivos, por eso a muchas personas les causa migraña.

Bueno, no se trata de vivir obsesionados por lo que comemos, es muy importante la actitud mental, controlar el exceso de estrés, ejercitarse, no se trata de acudir a un gimnasio, caminar, subir y bajar escaleras, beber agua en lugar de bebidas procesadas y dejar tiempo libre para charlar con los amigos, jugar dn la intimidad con la pareja. No permitan que la rutina les gane, sean creativos, busquen la forma de erotizarse, le dedican tantas horas al trabajo que terminan tan cansados que lo que quieren es comer, ver televisión y dormir. 

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del Dolor y Dra. Rosa Chávez

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