Se incrementa el divorcio en las parejas

Por Rosa Chávez Cárdenas

Inmersos en la cultura desechable y consumista el divorcio se ha incrementado de manera que llama la atención. Los conflictos de pareja tienen que ver con la inmadurez, la carencia de afectos, los problemas económicos y la falta de vocación para ser padres, la mayoría cuenta con hijos no planeados. Un hogar donde las relaciones interpersonales son insatisfactorias, nunca llega a un acuerdo, en donde no tienen la capacidad de conectar con los afectos de cada miembro, en donde impera la superioridad del machismo y feminismo; una familia invadida de tensiones y violencia, el ambiente se vuelve tan tenso que las casas se vuelven expulsivas. Los hijos buscan sentido de pertenencia fuera de casa y para evadirse se atrapan en hacer lo que otros hacen, el consumo de drogas y alcohol.  

Las parejas deben tomar en cuenta que formar una familia lleva implícitas responsabilidades y compromisos, antes de una separación deben tomar en cuenta el estado de salud mental: depresión, ansiedad y otros factores como la pérdida de trabajo, la lucha de poder y la baja autoestima. Una pregunta que los invito a reflexionar es: ¿Para qué sirve el matrimonio? La respuesta la encontramos en el estado legal que concede derechos y beneficios para los cónyuges y los hijos. Los derechos y beneficios no tienen que ver con el amor entre la pareja. Los beneficios sociales del matrimonio no son garantía de que las parejas permanecen felices para siempre ni que los hijos estarán mejor educados. 

En la historia de Estados Unidos el divorcio estaba prohibido en varios estados, en otro limitado, solo se permitía en ciertas circunstancias: abandono, adulterio y por violencia, si no podían probar no procedía el divorcio. A lo largo de la historia se ha confirmado que el amor no es el único objetivo del matrimonio, también se lleva a cabo por beneficios como créditos para comprar una vivienda y migración, es muy conocido que muchos se casan para obtener una ciudadanía con un costo elevado en dólares. Parece chiste, pero se publicó en un periódico “hombre con granja busca mujer con tractor” Vamos revisando algunas de las causas del divorcio: la comunicación, las familias de origen, falta de compromiso, infidelidad, lucha de poder, expectativas defraudadas, leerle la mente al otro, y la falta de acuerdos. 

El ataque de los republicanos conservadores contra el divorcio es en serio. Fue hasta el año 1969 que California se convirtió en el primer estado en permitir el divorcio sin causas. El divorcio sin causal por ejemplo el desamor y se ha convertido en un tema candente entre los legisladores de los estados controlado por republicanos que no lo aceptan.

El divorcio ha estado estigmatizado por la iglesia católica: “hasta que la muerte nos separe” y “es tu cruz y la tienes que cargar” y muchos cargan la cruz a pesar del maltrato y la violencia. La convivencia diaria saca a flote la sombra, lo desconocido de sí mismos y lo proyectan en el otro. Hoy en día, los jóvenes se precipitan en vivir juntos sin el compromiso de firmar un matrimonio y otros inmersos en la cultura permisiva y consumista se casan en fiestas espectaculares, pero en unos cuantos años firman el divorcio, llama la atención en las nuevas generaciones la poca tolerancia a la frustración. Los que tienen hijos quedan con el ego herido y se desquitan en el proceso de divorcio, se vuelven verdaderos enemigos y triangulan a sus hijos en sus conflictos, los convierten en sus terapeutas, obligando a aliarse uno contra el otro. Hasta acusan de abuso sexual a sus hijos para dañar severamente al conyugue. Los abogados salen beneficiados en las demandas tan largas por los bienes y la pensión alimenticia. La pareja y los hijos quedan muy afectados, desconfiados y resentidos. La película Kramer contra Kramer y la Guerra de los Roses, resultan educativas al respecto.

Llama la atención el otro grupo, los que llevan a cabo el divorcio amistoso, pero siguen viviendo en la misma casa, algunos por comodidad y otros por hipocresía para guardar las apariencias y evitar el qué dirán. Finalmente, mi recomendación como terapeuta es, agotar los mecanismos de solución de conflictos: terapia de pareja con redes de apoyo confiables, separación terapéutica, terapia personal y hasta unas vacaciones individuales para liberarse del estrés. En caso de infidelidad, tomarse el tiempo para asegurarse que el enamoramiento no será temporal.

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del Dolor y Dra. Rosa Chávez

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