Fe
Por Gladys Villalobos*
“Son días de guardar” decía mi madre al referirse a la Semana Santa. De niña, no cuestionaba que significa eso. Solo recuerdo que pasábamos los días en casa, nos entreteníamos jugando, viendo televisión o en actividades creativas promovidas por mi madre para entretenernos. En la adolescencia lo padecí.
Con el paso del tiempo, en la vida adulta, le he dado diferentes significados a esas palabras. La palabra “guardar” me resulta cada vez más versátil, rica en matices, profunda y disfrutable. Hoy en día disfruto, elijo y me motiva el guardarme del exterior, cada vez más seguido.
Me gusta abrazar mi fe, soy católica, aunque diría mi primo Lorenzo, sacerdote franciscano, que vivo una fe a mi medida, pero aun con ello, Semana Santa me conmueve y transito con humildad.
A lo largo de mi vida, a través de la fe he sostenido la firme convicción de que la vida tiene un orden. He entendido con humildad que la fe no es que suceda lo que yo deseo, sino aceptar los sucesos de la vida con humildad. Aceptarlos, aunque de momento no los entienda. Trascender el dolor para bien de mi evolución como ser humano.
Soy afortunada porque en mi paso por esta vida he coincidido con personas, familia de corazón, que se vive en una doctrina o religión distinta a la mía. Coincidir y compartir con estas personas sus creencias, formas y espacios enriquecen mi vida.
La vida gira, da vueltas, nos sacude y nos saca a flote cada día. La Rueda de la Vida como se refieren los budistas. Es un mar de vivencias, de decisiones, momentos alegres y otros momentos que quisiéramos fueran solo una pesadilla. Y son en estos últimos en donde frecuentemente la fe es lo que nos sostiene. En los momentos felices, agradecemos. En las tristezas, pedimos, pedimos con fe.
Hoy vivo los días de guardar con gozo, en tranquilidad, compartiendo. Elijo entornos y personas saludables. Participo en algunas actividades religiosas. Disfruto la convivencia con personas que quiero y busco mis momentos de introspección.
Recuerdo a mi madre, a mi abuela paterna y sus guisos. Recuerdo olores y momentos. Vienen a mi mente imágenes que me hacen sonreír, honrar lo vivido y lo aprendido de estas mujeres. A mi abuela materna, que no conocí en esta vida, pero Rosa, mi madre, me hizo saber que hay mucho de ella en mí. Todas habitan en mí. Lo sé y lo siento.
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. A ti que me lees, valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi blog: https://gladysvillalobos.wordpress.com/
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