Los “asegunes” del campo
Por César Villalobos López
No cabe la menor duda de que, los productores agrícolas, especialmente los de granos básicos, siguen viviendo en el pasado, cuando el gobierno federal establecía precios de garantía para sus cosechas, y si no eran satisfactorios, protestaban con gritos y sombrerazos, hasta lograr el objetivo.
A pesar de que sus ancestros festejaron y aplaudieron cuando el presidente Carlos Salinas les otorgo el reconocimiento de mayoría de edad que reclamaban y les otorgo el derecho pleno de la propiedad rural, sus retoños no se han dado cuenta de lo que heredaron.
Lo mas graves es hay quienes, por haber logrado alguna representación, se subieron al ladrillo, se marearon y consideran que son iluminados para liderar a sus seguidores, pero, además, con el aire que les soplan se sienten con capacidad para ocupar cargos de elección popular que les permitirá incrustarse en la nómina del erario.
Estos imberbes aspirantes a dirigentes no les ha caído el veinte de que las condiciones de los mercados se han globalizado, que la comercialización de cosechas no se rige por caprichos o necesidades de una región, sino por la oferta y la demanda.
Sin ninguna base formal, fustigan a los empresarios que habilitan, a los que compran y pretenden exigir que, por su cosechas -en este caso de trigo- se les paguen precios que resulten remunerativos a la inversión, mas no a una realidad económica en relación a la inversión directa y necesaria para establecer el cultivo y llevarlo a cosecha.
En el valle de Mexicali, lamentablemente hay quienes enarbolan las acciones del presidente Lázaro Cárdenas, olvidándose de su recomendación de cuidar la tierra, las instituciones y pagar sus créditos, proteger su patrimonio para no llorar como mujer lo que no defendieron como hombre.
El individualismo prevaleciente, por la resistencia a la organización, los productores carecen de protección para la adquisición de insumos, la búsqueda de mercados para la comercialización y las negociaciones de mejores precios.
De paso, el poco interés y desconocimiento de los funcionarios de las secretarias de agricultura, federal y estatal, a los problemas del campo, cada día es mayor la tragedia que se vive, incrementando la crisis y el desaliento de los hombres del campo.
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