Dirigentes y campesinos, una gran responsabilidad
Por Reynaldo Magaña*
Con motivo de celebrar el asalto a las tierras, el sábado veintisiete de enero, se reunieron en la casa de la señora María Aguilar, en el ejido Michoacán de Ocampo del valle de Mexicali, personajes tradicionales de la Confederación Nacional Campesina. Se dieron cita los dirigentes de esa agrupación, representantes de todos los municipios de la entidad, encabezados por el ingeniero Mario Soto Ibarra. Por Ensenada, el José Reyes Franco, Alberto Borja de San Quintín, Mariza Villar Ponce de San Felipe, Miguel Valadez de Tecate, Oscar Contreras de Playas de Rosarito, entre otros.
Si bien el propósito fue rememorar la gesta histórica mediante la cual el veintisiete de enero de mil novecientos treinta y siete, los campesinos encabezados por Hipólito Rentería Rangel, tomaron las tierras de todas las compañías agrícolas establecidas en el valle de Mexicali, principalmente de la Colorado River Land Company, al cabo de lo cual, con el apoyo del General Lázaro Cárdenas del Rio, fueron dotados los núcleos agrarios de las tierras que por derecho revolucionario les pertenecían y que detentan hasta la fecha, varios de los oradores a muy temprana hora, antes del evento oficial convocado por el gobierno del Estado, aprovecharon para señalar la indolencia de la administración gubernamental para atender a los productores rurales.
Grave la situación recurrente de los trigueros, por ejemplo, que anualmente sufren los embates del mercado y la falta de apoyos del gobierno. Lamentable que de una vez por todas no se dé solución a esta problemática.
Evidentemente no hay capacidad para cerrar círculos y acabar definitivamente con los vicios alrededor de la producción de trigo en Mexicali.
Mario Soto, con un gran discurso habló incisivamente sobre la falta de soporte del gobierno federal para el sector rural. La cancelación de la banca de desarrollo y los fondos y fideicomisos que apuntalaban a los campesinos con créditos y subsidios. Nada de eso queda, dijo.
Finalmente convocó a una serie de reuniones campesinas en toda la entidad, donde se tratarán pormenorizadamente los problemas de los ejidatarios y productores rurales, para gestionar puntualmente todos ellos y buscar soluciones institucionales o por la fuerza, según sea el caso.
Los propósitos son esperanzadores para los campesinos, aunque la historia rural del campo mexicano ha estado pintada de promesas y desilusiones. Los campestres creen en los planteamientos de políticos y funcionarios relacionados con el sector rural; y si bien a partir de la revolución mexicana se han obtenido logros para los ejidatarios, también es cierto que muchos funcionarios han sido indolentes y les han engañado.
La situación actual del agro se percibe compleja, particularmente en este sexenio que redujo sustancialmente el presupuesto al campo y canceló prácticamente la totalidad de los programas de subsidios mediante los cuales se proponía incentivar la producción y productividad de las unidades económicas rurales.
La confederación nacional campesina fue desde su creación quien aglutinó casi a la totalidad de los ejidatarios y comuneros del país, promovida por el general Lázaro Cárdenas, llegando a ser una poderosa organización rural. Con el transcurso de los años, de ella se derivaron otras organizaciones nacionales y algunas se crearon en contra, pero siempre la referencia fue la C.N.C
En el contexto actual, los dirigentes y campesinos tienen ante sí un reto enorme, reivindicar las luchas y propósitos de la clase rural y sus familias, para incrementar el nivel de bienestar.
De parte de los dirigentes, hacer los planteamientos correctos en favor de sus representados; y en la parte política, hacer las alianzas de ser necesario, que garanticen el logro de las políticas públicas que se traduzcan en desarrollo regional, esto es obras de infraestructura, carreteras y otras, que permitan detonar las zonas y regiones.
Aunado a lo anterior, dos acciones indispensables: instituciones y mecanismos de financiamiento por una parte y por otra, un amplio programa de organización para la producción.
Ojalá que esto no quede solamente en palabras y promesas de campaña, ahora que muchos políticos de todos los colores, se acercarán a los campesinos para ofrecer una vida nueva y mejor para siempre en favor de los rurales. La responsabilidad de los ejidatarios y comuneros es saber identificar quien dice la verdad y quién miente.
*El autor es especialista en derecho tributario internacional y promotor de economía solidaria
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