Matices: La caída blanquiazul

Por Dianeth Pérez Arreola

Baja California es la cuna de la democracia moderna; fue aquí donde por primera vez la oposición, bajo las siglas del Partido Acción Nacional obtuvo una gubernatura con el triunfo de Ernesto Ruffo Appel, en 1989. A partir de ahí los panistas obtuvieron espacios en todas las posiciones políticas hasta llegar a la presidencia, en el 2000 con Vicente Fox.

La máxima silla política les duró dos sexenios, y ni Fox ni Felipe Calderón resultaron buenos presidentes y el electorado -que se dejó convencer con una historia de telenovela- trajo de regreso al PRI a la presidencia.

En Baja California la hegemonía panista duró 30 años, siendo la administración de Francisco Vega de Lamadrid, el último clavo del ataúd del PAN estatal ante un sexenio lleno de corrupción.

Fue necesario el triunfo de Morena en 2019 para que los panistas -algunos- hicieran un ejercicio de análisis y autocrítica, y aceptaran que fue la complacencia, la soberbia y la ineptitud las que los cegaran y no vieran que iban en caída libre.

Ahora, tras el fiasco que ha resultado Morena en el poder, es el momento que debería aprovechar la oposición para desempolvar a sus principios y hacer frente a la maquinaria de estado, con procesos transparentes y democráticos para elegir a los mejores candidatos.

Pero no. Resulta que este fin de semana sucedieron dos cosas. La primera es que el viernes Marko Cortés publicó “providencias” en su carácter de presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, donde, en resumen, dice que si no le gusta el resultado de las encuestas, el partido designará a quién le dé la gana.

Y lo segundo: ayer les avisaron a los cinco aspirantes a la alcaldía de Mexicali que tenían que llenar otra vez los formatos kilométricos para su registro, pues deberían ser en formatos del Comité Ejecutivo Nacional y con fecha posterior al 19 de enero, dadas las “providencias” de Marko Cortés, así que Armando Arjona, Héctor Ibarra, Jaime Navarro, Francisco Fiorentini y Enrique Romo pasaron la tarde llenando de nuevo la información.

Esto significa que los “registros” de hace una semana fueron puro show para ganar tiempo y hacer como que esto es un proceso organizado y transparente. Además, la dirigencia del PAN -la oficial y la extraoficial- están más preocupados por tener contento al primer damo de la entidad que a la base panista.

Mañana habrá una reunión de la Comisión Permanente del Consejo Estatal del PAN en Tecate, donde pretenden salir ya con designaciones -léase dedazos-, y para colmo algunos “designadores” se “autodesignarán” en candidaturas. ¿Con qué cara pueden criticar los panistas la poca transparencia de los procesos de Morena? ¿Las encuestas inventadas que son “designaciones”?

Es una lástima que prefieran darle prioridad a sus intereses económicos y ser una mala copia de aquello que critican, traicionando los principios del partido y la larga lucha de sus fundadores.

Si quienes ocupan ya una posición no son los favoritos para permanecer, pues adiós. Porque recordemos que todos llegaron perdiendo, y en el caso de los diputados es muy evidente que hacen como que son oposición, pero sin serlo de verdad.

Por ejemplo, llama la atención el caso de la solicitud de auditoría a los fondos Tijuana hecha por los legisladores locales panistas sobre fideicomisos del Ayuntamiento de aquella ciudad, en un caso de corrupción que han llamado también “la estafa maestra”.

Teniendo en cuenta que la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, y la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda son enemigas y que se trata de una malversación cometida por un gobierno de Morena, pues se ve mal que los diputados morenistas hagan esa solicitud para acusar a sus compañeros; pero no hay problema, para eso están los diputados panistas. Así se matan dos pájaros de un tiro: el congreso investiga a la alcaldesa y esa iniciativa hace parecer a los panistas como oposición.

Esta elección pudo ser la oportunidad para hacer las cosas como se debe y mostrar que el PAN ha aprendido de sus errores. Veremos mañana qué opinan las bases de la actuación de la dirigencia.

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