Perseguida, censurada, hostigada y mal pagada es la realidad bajo la cual los periodistas en México conmemoran su día este jueves 4 de enero
Por Sonia Domínguez Ramírez /Yo influyo
Si bien la profesión de informar objetiva, oportuna y verazmente a la sociedad no es una tarea fácil pues más allá de requerir preparación, destreza, visión y técnica es necesario estar dispuesto a correr riesgos en los que en ocasiones inclusive hasta la vida va de por medio.
En México ha costado mucho trabajo abrir brechas a la libre expresión la cual conlleva hacer valer el derecho a la información que es un derecho humano inalienable. En el pasado reciente los gobiernos en México impedían a través de la censura y la cooptación de los medios de comunicación que la ciudadanía conociera muchas de las decisiones que desde la cúpula del poder se tomaban y las cuales afectaban a la sociedad, mientras que gran parte de la información que trascendía era manipulada, parcial y ofreciendo solo la versión oficial, de tal suerte que se beneficiaba al grupo gobernante en turno.
A pesar de esta práctica y otras más que disfrazaban las consecuencias de las decisiones asumidas desde el poder, poco a poco se fueron abriendo espacios y se lograron dar pasos importantes en los últimos 20 años en materia de libertad de información, pero en el último lustro se dio un giro inesperado que dio al traste con los avances alcanzados.
Durante este lapso la prensa ha sido vilipendiada y hostigada desde el mismo Ejecutivo, quien con su narrativa de hacerse víctima de infundios intenta provocar entre la población desconfianza hacia determinados periodistas y medios de comunicación y asumiendo como la única verdad lo que diariamente señala desde su palestra en las mañaneras.
El presidente de la República ha intentado lapidar las plumas libres e independientes, la de aquellos periodistas que en el cumplimiento de su deber en lugar de alabar sus decisiones cuestionan y ponen en tela de juicio hechos que en vez de aportar al bien común representan retrocesos que dañan a las personas, a la sociedad y al país en su conjunto.
Uno de los ejemplos más recientes es la mención que el presidente hizo el 2 de enero sobre Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola. Sobre el primero dijo que los dueños de los medios donde trabajan “son capaces de decir que no pueden con Ciro porque es independiente; yo todavía ando buscando a quien se los crea.
“Pero llegan a ser líderes de opinión, y son los que reciben más dinero, ganan más y también son los que más desprestigian al noble oficio del periodismo, porque la mayoría de los periodistas actúa con ética y honestidad. Por eso, no dejemos de diferenciar a las empresas de la comunicación, de la información o, mejor dicho, de la manipulación, a los periodistas, son cosas distintas”, indicó el mandatario.
En las redes sociales se hizo patente la solidaridad con Ciro Gómez Leyva destacando la de la precandidata Xóchitl Gálvez quien en un video le dijo al presidente que “apenas está empezando el año y usted de nuevo está atacando a periodistas libres e independientes. Vivimos en uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión periodística, los ataques desde la tribuna más poderosa del país no ayudan a la libertad de prensa ni protegen la seguridad de los periodistas.
“Mi solidaridad con todos ellos quienes son atacados desde la conferencia mañanera, en especial con Ciro Gómez Leyva quien durante este gobierno fue víctima de un atentado contra su vida”
Xóchitl Gálvez aseguró que “la violencia de las palabras antecede la violencia de las balas”.
Perfil del periodista en México
El Internacional Worlds of Journalism, publicó en diciembre el estudio Periodistas en México: encuesta de sus perfiles demográficos, laborales y profesionales, este reporte corresponde al segundo semestre de 2023 y en este se presenta un panorama de las características de los periodistas en México.
En los resultados ofrecidos por el análisis, se reconoce que “el ejercicio de la profesión periodística en México presenta importantes desafíos relacionados con las inadecuadas condiciones laborales y la enorme vulnerabilidad de los periodistas ante las agresiones provenientes de actores estatales y privados, así como ante las rápidas transformaciones de las redacciones periodísticas y la falta de unidad gremial. Ante estas condiciones, los periodistas han sido cobijados por sus familiares y colegas en mayor medida que por las autoridades, la sociedad civil o sus medios”.
El informe revela que las personas que practican el periodismo en México están altamente educadas y en su mayoría no forman parte de alguna minoría étnica o social.
En otro aspecto, señala que la concurrencia de la alta profesionalización de periodistas (tanto en sus prácticas como en su deontología), condiciones laborales precarias y restricciones en la autonomía configuran un escenario problemático en por lo menos dos vías: Por un lado, a nivel del campo periodístico, expresan un potencial importante que no encuentra condiciones para desplegarse. Por otro lado, a nivel de los sujetos, es probable que esta contraposición se traduzca en niveles significativos de frustración profesional e incluso abandono de la profesión.
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