Por Rosa Chávez Cárdenas
Escucho con frecuencia la preocupación por no recordar el nombre de la persona, a que fui al refrigerador, en donde dejé las llaves y si cerré la puerta. En estos tiempos de tecnología tenemos tanta actividad en el cerebro que padecemos déficit de atención. El problema no es privativo de los niños y no es una patología para que no los mediquen como hacen hoy en día y aseguren que con un fármaco lo van a solucionar. Cuando nos olvidamos de información que acabamos de aprender y de situaciones que acabamos de tener es porque el cerebro no los guardó como recuerdos a largo plazo. En la vida cotidiana el cerebro almacena información de manera temporal, es lo que se llama “memoria de trabajo” En el caso de las mujeres que nos dedicamos a varias tareas a la vez, por ejemplo, estamos en una conversación telefónica y preparando una receta en la cocina, eso de las multitareas se llama memoria de trabajo. En general solo podemos retener cuatro, cinco pensamientos o tareas a la vez en la memoria de trabajo, a menos que esos pensamientos pasen por el proceso de codificación no se guardarán en la memoria a largo plazo de manera permanente. Esta función es similar a lo que hacen las computadoras, si estás escribiendo y apagas el aparato puede que tus anotaciones no aparezcan en la memoria del dispositivo. El proceso de codificación consiste en crear conexiones significativas entre las neuronas y requiere una amplia memoria de trabajo, si están preocupados pensando en las deudas económicas, un familiar está en el hospital y el costo se eleva cada hora, el cerebro no va a codificar la información que acabas de escuchar.
Estos “lapsus” son frustrantes de momento, pero son esenciales para el funcionamiento diario comenta Lynne Reder catedrática de la Universidad Carnegie Mellon. “Si el cerebro codificara todo lo que escuchamos, vemos, olemos o sentimos, no quedaría memoria de trabajo para cosas esenciales como caminar, hablar o escuchar” Para recordar ya sabemos que basta con repetir, de preferencia en voz alta, escribir una o varias palabras a mano o en la tableta, esas que tienen un lápiz ayuda a que se almacene en la memoria. Mientras más se repite algo más probabilidades tenemos de recordarlo. No repetir que todo se nos olvida porque esto refuerza que se borre de la memoria.
Lapsus es todo error o equivocación involuntaria, lapsus brutus es una expresión que utilizamos como acto fallido, el cerebro nos traiciona y decimos cosas que no queríamos decir.
No es necesario consumir fármacos, les dejo unas recomendaciones para combatir la pérdida de memoria: la alimentación, beber dos litros de agua al día, dormir unas siete, ocho horas (el descanso es un reconstituyente para la memoria) y practicar ejercicio. En cuanto a la alimentación: consumir frutas, verduras, granos, cereales, aceite de oliva y de aguacate, (contienen las tres omegas: 3,6,9) los niños y los adultos mayores necesitan proteínas bajas en grasa como el pescado.
En cuanto a los ronquidos no tomarlos como algo propio de la edad, las causas son: el exceso de peso, el tabaquismo, el alcohol, la sinusitis, la almohada, en fin; consultar a un especialista. Lo más recomendable para la salud es que si la pareja ronca duerma solo, el que duerme con una persona que ronca resulta muy afectada, está documentado las enfermedades que puede padecer por esta causa: las neurodegenerativas, artritis, depresión y ansiedad.
En cuanto a la actividad física, de acuerdo con sus preferencias y caminar por lo menos treinta minutos; el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y a todo el cuerpo. La vida sedentaria de los tiempos modernos causa enfermedades mentales y orgánicas.
Que su propósito de año nuevo sea el cuidado personal, la alimentación, el descanso, la recreación, leer, ahorrar, disfrutar la intimidad con la pareja; si ya tienen años viviendo juntos sean creativos para ganarle al aburrimiento. El mejor viagra es la imaginación.
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