Por 10 años fue renovada la autorización del uso del glifosato por parte de la Comisión Europea, fecha que se extiende hasta el 2033
La determinación se debe a que la agencia de seguridad alimentaria de la Unión Europea (EFSA), no encontró elementos críticos para su prohibición, luego de haber realizado un estudio de impacto sobre el nivel de riesgo del herbicida para la salud de los seres humanos, los animales y el medioambiente.
Los gobiernos europeos analizarán y votarán el 12 y 13 de octubre dicha propuesta, ya que no se cierra a una revisión de la postura si en la próxima década aparecen certezas científicas que indiquen dejar de utilizar el glifosato.
En el año 2017, la Unión Europea (UE) renovó por 5 años, prorrogado por un año más, la actual licencia del glifosato.
Por su parte la Organización Mundial de la Salud alertó el año 2015 sobre posibles riesgos cancerígenos de la sustancia, aunque un informe de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) finalizó luego de investigar durante dos años que no hay evidencias científicas como para clasificar al producto como cancerígeno, mutágeno o tóxico para la reproducción.
La conclusión de los expertos de la EFSA, tras examinar la propuesta, fue que “no existe ninguna zona crítica de preocupación. Se define como crítica cuando afecta todos los usos propuestos del pesticida bajo evaluación, por ejemplo usos previos a la siembra, usos posteriores a la cosecha, etc.”.
Por esto no hay motivos para no renovar el permiso, aunque la Comisión Europea propone ahora hacerlo con “estrictas condiciones” y “medidas de acompañamiento» para atenuar los riesgos en las zonas rociadas con el pesticida. Por ejemplo, se exigirán boquillas reductoras para disminuir la dispersión del producto en la pulverización”.
Además, los estados miembros podrán establecer requisitos de seguimiento al conceder autorizaciones en el marco de la directiva del agua, tendrán que garantizar que el uso de productos fitosanitarios que contengan glifosato sea minimizados o prohibidos en determinadas áreas, prestar atención al impacto sobre los pequeños mamíferos, considerando medidas de mitigación o restricción si fuese necesario, así como a los efectos indirectos sobre la biodiversidad.
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