Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Lo extraordinario de lo cotidiano…

Las lagunas

Por G;adys Villalobos*

En invierno de 2016 viaje a Bacalar, Chetumal, también conocido como la “Laguna de los 7 colores”.  Ese viaje me regalo unos días de descanso, diversión y una lección de vida profunda y reveladora de mis propias creencias limitantes, mismas que al salir a la luz, me brindan conciencia liberadora.

Un viaje muy deseado desde años atrás. Un destino que me resultaba atractivo y del cual había leído interesantes reseñas. Esa combinación entre natural y rural era lo que en ese momento necesitaba mi mente y mi corazón.

Bacalar es una laguna de agua fresca, clara, limpia, en calma, sumamente fotogénica, camaleónica y en donde el tiempo se detiene. A la orilla se ubican una serie de muelles con un par de escaleras que dan acceso a la laguna. Ahí los visitantes y locales se sientan a leer, a tomar el sol, a platicar, a pasar el rato. 

Una tarde de sábado estando yo en el agua, disfrutando el momento y el lugar observo a lo lejos como se acerca hacia el muelle en donde se ubicaban mis cosas un hombre en silla de ruedas. A mi mente vinieron muchas ideas “que bonito que disfrute la vida” “que ejemplo que se mueva a donde se le dé la gana” “que valiente” “¿vendrá solo o quien lo ayudara?”

Llega al muelle y permanece en quietud, observando, repasaba con su vista su alrededor. Levanta su mano y me saluda a lo lejos. Respondo con amabilidad. Poco a poco se acerca a las escaleras de acceso a la laguna. Y se acerca más y más. Y yo pensado “se va a caer al agua” “que irresponsable” “¿estará drogado?” “¿sé quiere suicidar?” “lo tengo que ir a salvar (el ego en acción)”

Con un magistral dominio de su cuerpo, conciencia de su humanidad, control de la situación, seguridad en sí mismo, sin miedo, con gozo y convicción, sin prisa, le coloca el freno a la silla de ruedas, con movimientos precisos, como quien ya conoce el camino recorrido, ingresa al agua, se postra boca arriba, abre sus brazos y permite que el sol toque su rostro sonriente. Su cuerpo flota. Yo lo que veo es un ser humano libre, sin limitaciones, dispuesto a vivir, sin miedo.

No pude, ni quise retirarme de ese lugar sin antes acercarme a él y externarle mi admiración y compartirle con humildad todos mis pensamientos limitantes y llenos de prejuicio que vinieron a mi mente al verlo ingresar al agua. Le ofrecí una disculpa por ello. Su franca carcajada me resulto una muestra de su inteligencia ¿Cuántas “lagunas” no hemos disfrutado resultado de nuestros pensamientos limitantes, de nuestros prejuicios, de nuestros miedos?

“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. A ti que me les, valoro tu tiempo.

*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital.. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/