Tragarse la amargura

Por Rosa Chávez Cárdenas

La emergencia sanitaria por la pandemia está controlada pero no los efectos en la economía. Los jóvenes chinos se enfrentan a una alta tasa de desempleo, las consecuencias son emocionales y económicas, Están preparados, tienen estudios universitarios, pero no encuentran empleo. El mensaje del máximo dirigente del país Xi Jinping es que deben aprender a “Tragarse la amargura” lo que en otras palabras significa soportar las penurias. También les advierte que dejen de pensar que son superiores a los que hacen trabajos manuales o que se vayan al campo. Muchos jóvenes tienen estudios universitarios como la joven Li, cuenta con maestría en Diseño Gráfico, lleva meses buscando empleo, las pocas ofertas que le ofrecen el salario ronda los 200, 300 dólares al mes y sin prestaciones; ha enviado unos 200 correos y buscado en reclutadores sin encontrar una oportunidad de trabajo. Hace unos diez años China estaba en su apogeo, con muchas oportunidades de empleo, pero la situación actual los tiene desesperados. Los jóvenes se enfrentan a una tasa récord de desempleo como consecuencia de la pandemia. Según las cifras 11.6 millones de graduados de la universidad se van a incorporar a la población económicamente activa y dos de cada diez están desempleados. Ahora los dirigentes chinos quieren convencer a los jóvenes que crecieron en la bonanza que acepten una realidad distinta. Al gobierno le preocupa que los jóvenes ociosos amenacen el poder. En la revolución cultural Mao Zedong envió a más de 16 millones de jóvenes de la ciudad a trabajar al campo, luego esos jóvenes desempleados los regresaron a las ciudades, así fue como alentaron al emprendurismo. El gobierno está manipulando, pone de ejemplo a los jóvenes que se ganan la vida repartiendo comida, vendiendo comida en la calle, reciclando basura y cultivando la tierra, tratan de decirles que cualquier trabajo es bueno, mientras los jóvenes están sufriendo emocionalmente, se sienten frustrados de haber estudiado para no trabajar duramente como sus padres y abuelos. El gobierno busca desviar la responsabilidad por sus políticas que ahogan la economía como; reprimir al sector privado, imponer restricciones por el COVID y por aislar a los socios comerciales de China. Creen que iniciará una campaña al estilo Mao para enviar a los jóvenes al campo, lo que dará en la torre al sueño chino de ascenso en la escala social que ya está arraigado entre los jóvenes. Los padres se sienten frustrados por el costo de la educación de sus hijos y no quieren que regresen al campo. Es similar al American dream que tampoco es el mismo de hace varios años. El Chinese dream en el que soñaron los padres, pensaron que sus hijos tendrían mejores oportunidades que ellos, no contaban en que la economía da vueltas. Los trabajos manuales y la agricultura son menospreciados por los jóvenes. También afecta el uso de robots y la tecnología lo que desplaza el trabajo de los seres humanos. En la pandemia Tere me compartió que en su viaje de negocios a China tuvo que permanecer en cuarentena en un hotel. No tenía contacto con personas, llegaba el robot a su habitación con los alimentos y las toallas del baño. En México el panorama está muy similar, las mujeres superan a los hombres en el acceso a la educación profesional, representan el 55% de los profesionistas jóvenes, las carreras que eligen: enfermería, derecho y administración. Los hombres más vinculados a la tecnología como ingeniería electrónica y desarrollo de software. Un fenómeno que se presenta por lo menos en el área metropolitana de Guadalajara es el estudio de Ciencias forenses, a pesar de que el área laboral está muy reducida. Los universitarios se quejan de los salarios, oscilan entre los $5 mil y $8 mil pesos mensuales, con la inflación y las rentas tan caras no les da para independizarse de sus padres. En el área donde hay necesidad de trabajadores es el trabajo que no requiere estudios universitarios: restaurantes, tiendas departamentales, para el aseo de oficinas y obreros con salarios muy bajos, el fenómeno es similar a los jóvenes en China. Es necesario una investigación para ver si tuvo algún efecto positivo las becas que otorgó el gobierno a los Ninis, esos que ni estudian ni trabajan o los hicieron más flojos porque sabemos de las trampas que han hecho para beneficiarse tanto las empresas como los jóvenes.

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