Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Nula política de fomento y abandono

La nula política de fomento a la producción alimentaria por parte del gobierno federal, más el abandono que por dos años sufrió el campo en el gobierno de Jaime Bonilla Valdez y al parecer continuara por seis más, se refleja en el exorbitante incremento en el valor de las importaciones de básicos y materias primas del sector agropecuario, así como la elevación de precios en algunos productos.

Si a esto se le agrega el ingrediente de la delincuencia organizada que, el gobierno de la república, no ha logrado combatir con besos y abrazos, ni con el regaño de sus progenitoras, controlando cosechas y cobrando piso a los agricultores, la situación para los productores mexicanos se torna difícil e insostenible.  

El transporte de las cosechas, de los campos de producción a los centros de consumo, también tiene el peso del pago de piso a la delincuencia organizada -en mejores condiciones y con logística superior a la gubernamental-, pese al incremento de los activos de la guardia nacional, el ejército y la marina, también afectan los precios, no solo de productos del campo, sino de mercancías en general, a lo largo y ancho del país, gravitando en la economía de los consumidores.

La inestabilidad en el mercado alimentario se debe a que no hay una política de producción adecuada y se ha visto obligado el gobierno federal a hacer importaciones de granos y oleaginosas de manera creciente en el 2021.

Con base en información emitida por el Banco de México, de enero a noviembre de 2021 el valor de las importaciones comerciales llegó a 458 mil 613 millones de dólares, cifra creciente en 32.5 por ciento respecto al mismo periodo de 2020. Reflejando un déficit en la Balanza Comercial de México por 12 mil 081 millones de dólares.

Aquí, en Baja California, el primer gobierno de la 4T fue incapaz de combatir -salvo con saliva-, el desorden dejado en el valle de Mexicali por los gobiernos panistas y ahora, con un gobierno mezclado de Morena-Pan, se vislumbra una omisión a proyectos y programas de los graves problemas existentes para regresar la pujanza económica que en el pasado tuvo esta zona agrícola.

Los funcionarios, desde la gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda, ven a la zona rural como una buena opción de promoción política, apoyados en programas sociales disfrazados con la supuesta idea de crear huertos y granjas familiares que, al final del tiempo son desatendidos por los receptores, caretes, además de una cultura afín, de manuales sobre el manejo y cuidado, sirviendo de alimento familiar.

Esto lo sabe perfectamente el titular de la Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria, por sus promociones cuando fue presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso del  Estado, pero si lo desconoce bastaría que haga una revisión de todas las entregas realizada para verificar cuantas tuvieron éxito.