CHILPANCINGO, GRO., .- La profesión de periodista en pleno siglo XXI, entraña riesgos difíciles de prever; por la naturaleza del oficio, la persecución y búsqueda de la noticia, o en ocasiones por temas, personas o poderes involucrados en la misma. Ser periodista es todavía una profesión de riesgo y la han llamado “Oficio de muerte”, como lo definió en su libro con este título, Carlos Moncada Ochoa.
Actualmente, está latente que un periodista se vea sometido a actos de agravios, presiones indeseables, intimidaciones, demandas, citas a comparecer ante autoridades, detenciones, agresiones físicas y hasta mortales. Todo lo cual, constituyen graves violaciones a los derechos humanos.
Hoy en día, somos objetos de anatemas y estigmatizaciones que buscan depreciar y descalificar nuestra actividad y nos someten a un “linchamiento” en redes sociales tildándonos de “corruptos, chayoteros, fifís, al servicio de la mafia del poder”.
Es importante puntualizar la importancia de la labor de los periodistas para la sociedad, independientemente de las innovaciones que se experimentan con la revolución tecnológica digital y las Nuevas Tecnologías de la Información.
Las tres principales funciones del periodismo son: describir la realidad, predecir o anticiparse a los hechos a fin de servir de voz de alerta, y evaluar las políticas y acciones gubernamentales y de la sociedad en su conjunto.
Hacer periodismo es dar cuenta de las diversas posiciones y puntos de vista que anidan en la sociedad. Esta premisa acaba por hacer del reportero, un explorador de diferencias, y con frecuencia, un promotor involuntario de tensiones.
Nos parece oportuno, recordar a los hombres que no son meras entidades económicas, ni nacieron solo con el fin de conquistar posiciones, sino para llevar adelante los fines trascendentales de la humanidad y la transformación social, para construir una sociedad más justa e igualitaria. El periodismo actual y la comunicación, deben cooperar con este ideal, enseñando a los hombres a ser íntegramente humanos.
Por lo anterior, los diversos representantes de los medios de comunicación, nos pronunciamos por:
1.- Respeto a la Libertad de Expresión y de Prensa, así como los derivados de los artículos 6º. Y 7º de la Constitución Política Mexicana.
El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nos menciona que: “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión, y de expresión, este derecho incluye no ser molestado por causa de opiniones y de difundirlas sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
El derecho a la información, es la garantía fundamental que toda persona posee para atraerse información, informar y ser informada.
a). El Derecho de atraerse información, incluye facultades de: I) acceso a los archivos, registros y documentos públicos y, II). La decisión de en qué medio se lee, se escucha o se contempla.
b). El derecho a informar, que incluye: I) las libertades de expresión y de imprenta, y; II). El de constitución de sociedades y empresas informativas.
c).El derecho a ser informado, que incluye las facultades I) recibir Información objetiva y oportuna; II) la cual debe ser completa, es decir, el derecho enterarse de todas las noticias y; III) con carácter universal, es decir, la información es para todas las personas sin excepción alguna.
El derecho a saber de todas las personas, depende de un conjunto de protecciones y garantías legales de que debe rodearse a los medios de información, a efecto de lograr una sociedad informada, rasgo distintivo de un Estado democrático de derecho.
En el umbral de la nueva alternancia Guerrero, del inicio de un nuevo gobierno, que emerge en el contexto de una compleja realidad, donde de los 85 municipios que integran nuestra geopolítica, en 55 de ellos existen grupos armados que se disputan el control del territorio, donde la pobreza ha crecido y se ha duplicado de 2018 a la fecha, donde la polarización política se manifiesta entre los diversos actores políticos y sociales, donde el disenso atenta permanentemente la estabilidad, la armonía y la paz social.
No sólo le apostamos a una prensa fuerte, propositiva, sin ataduras ni mordaza, que informe, interprete y persuada, a efecto, no sólo de que los actores políticos tomen las mejores decisiones frente a los grandes problemas que nos aquejan, sino también a que ésta sea en un poder garante de los preceptos constitucionales, eficaz contribuyente de la consolidación del Estado de derecho, que eliminen la corrupción, nulifiquen la impunidad y sea un ángel guardián de la libertad de expresión, como la base fundamental de todas las libertades.
2. Establecer un protocolo para el desempeño de los profesionales de la comunicación en las diversas fuentes, sin burocratismo ni exclusión, acorde al semáforo de la pandemia.
3.- Legislar para fortalecer la Ley 463 del Bienestar de los Periodistas, su profesionalización, capacitación permanente y su seguridad social.
4.- Legislar para despenalizar los delitos de prensa y en materia del secreto profesional y la protección de las fuentes de información de los periodistas, así como promover la cláusula de conciencia. No permitir que se obligue a los periodistas a revelar las fuentes de información, vacío que se encuentra en la legislación estatal.
5.-Frenar toda iniciativa de Ley que atente contra la Libertad de Expresión, Libertad de Prensa, el Fondo de Apoyo a los periodistas (FAP), así como la Seguridad Social de los periodistas.
6. Definir los criterios de Gestión de la Comunicación gubernamental, con relación a la importancia de los medios de comunicación y el principio de “máxima publicidad”, que debe acompañar a la tarea de la gobernabilidad democrática, porque ésta pasa por los medios e comunicación.
7.- Retomar incentivos para los representantes de los medios de comunicación, tales como el “certamen de Periodismo”.
8. Impulsar el “Foro de la Libertad de Expresión en conjunto con la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos y las organizaciones de periodistas.
9. Es indispensable que los periodistas se organicen y generen sus propios espacios de investigación, y de análisis sobre lo que ocurre en materia de libertad de expresión y de prensa, así como proveer esta información en las universidades y carreras de periodismo y comunicación en general. También desde luego entre todas las ciudadanas y ciudadanos, miembros de organizaciones públicas y privadas, legisladores y público en general.
10.-No hay personas ni sociedades libres, sin libertad de expresión y de prensa. El ejercicio de esta, no es una concesión graciosa de las autoridades; es un derecho inalienable del pueblo.
¡Viva la Libertad de Expresión y de Prensa!
¡Viva el Club de Periodistas Primera Plana!
¡Viva la unidad de los periodistas!
¡Viva Guerrero! ¡Viva México!
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