Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Entre Los Surcos…

Fantasías en la reconversión o diversificación 

Por César Villalobos López

Para la reconversión productiva en el valle de Mexicali, la Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria otorgara apoyos de mil 500 pesos por hectárea para cártamo, hortaliza, nopal, avena, cítricos e higo, con un máximo de 20 hectáreas por agricultor y hasta 100 para personas morales.

También incluye la canola, aquel fabuloso cultivo promovido por la extinta Secretaria de Fomento Agropecuario y sin éxito, aun cuando las expectativas de sus promotores superaban a las que hoy se ponderan para el nopal e higo. 

El ex ganadero sonorense, Héctor Haros Encina, titular de la Secretaria del Campo y Seguridad Alimentaria, no lo sabe, pero sus colaboradores deben de recordar que en el valle de Mexicali ya fracasó, al igual que un intento comercial con la plantación de higo. 

Para canola también se tienen mil 500 pesos por hectárea de apoyo con limitación de 10 he tareas por productor y hasta 100 para sociedades o asociaciones, considerando la convocatoria que los apoyos son al paquete tecnológico.

Establece también que en el apoyo se consideran apoyos para el análisis de suelo y agua, así como convenios de colaboración con Entidades de educación superior, de investigación, de transferencia de tecnología.  

Sin duda, si estos programas de reconversión estuvieran validados y destinados a determinados tipos de suelo, con una comercialización, en volumen y precio asegurados con contratos y cartas de crédito del comprador, podrían ser atractivos.

Hay que recordar lo ocurrido a los productores de maíz, quienes a la hora de la cosecha anduvieron de la seca a la meca, en busca de un mejor precio con los compradores, encontrándose que algunos de ellos habían negociado un precio tope con funcionarios de la Secretaria del Campo, en condiciones adversas a los agricultores.

Los paquetes tecnológicos sobre las rodillas, como el presentado al vapor para el garbanzo, solo llevan al fracaso el intento de diversificación del agricultor, como también sucedió con el ajonjolí, cultivo que se pretendió utilizar bandera de desprestigio de los sembradores, soslayando que la empresa no cumplió ninguno de los acuerdos.

Aquí la pregunta es quién o quienes harán el negocio de la proveeduría de planta, quien, en donde y a cargo de quien certificarán su sanidad y calidad, en el caso del nopal, solo para poner un ejemplo.

¿Para el nopal, ya se tiene un contrato de comercialización, con precio asegurado, o su conversión a biodiesel quedará como la procesadora de ajonjolí, o el agro parque?  

El trigo -que no es trigo- sin gluten, que resultado ha tenido; ¿acaso promover siembra de cártamo no sería más real y rentable?  

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