Editorial…

Acciones incomprensibles

Desde el inicio de la administración de la 4T, con el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, a lo largo y ancho del país se han sentido y observado una serie de acciones que, en su mayoría son incomprensibles para una buena parte de la población que piensa y analiza, al margen de la enajenación política.

Pero esas acciones también las han detectado funcionarios de la 4T, quienes las han manifestado, teniendo que pagar un alto costo ante una serie de ataques y señalamientos irracionales de los cegados por la enajenación de la pasión, o por intereses económicos, manifiestos en las redes sociales.

La ponderación de los derechos humanos enarbolada por la actual administración, ha generado el envalentonamiento de los delincuentes y de grupos diversos que se manifiestan violentamente bajo el argumento de exigencias absurdas, en la mayoría de los casos.

Lo grave de esa situación, además del envalentonamiento es que la provocado la pérdida de respeto a instituciones que se siempre fueron consideradas baluarte de la nacionalidad, como nuestro Ejército Nacional, cuyo Jefe Supremo y su general al mando, al igual que los de la marina, la guardia nacional y otras fuerzas de seguridad, han permitido que sus integrantes se conviertan en burla y blanco perfecto de los delincuentes a través de vejaciones de todo tipo.

Esto es lo más triste para quienes fueron educados en la época donde los maestros inculcaban el respeto a nuestras fuerzas armadas y ahora observan como de premia y reconoce a la tropa que depuso sus armas y las entregó a los delincuentes, quienes campantemente se mueven en sus cotos de poder.

Los anuncios sobre el combate al narcotráfico, se han vuelto una cantaleta oficial que en nada contribuye para la mitigación de ese flagelo, generando el desencanto de la población productiva y la natural sospecha por las constantes balaceras fuera de control en varias zonas de país.  

Los llamados a los delincuentes para que se porten bien a cambio de abrazos y no balazos, se han convertido en la comidilla y el centro de burlas ante la desobediencia, de los malosos, o de las madres de estos, que no les han conminado a portarse bien.  

Como si fuera poco, por cuestiones humanitarias, el senado de la república, convertido en lacayo del ejecutivo acaba de aprobar una Ley de Amnistía para la liberación de varios miles de individuos confinados en penales con sentencias varias por delitos diversos considerados como menores.