México, (Notimex).- El envenenamiento por plomo constituye hoy una de las principales amenazas que sufren las aves migratorias en el mundo, aunque también de las más subestimadas, por lo que es indispensable cobrar consciencia y tomar acciones para revertir este problema.
Así lo destacan la Convención sobre las Especies Migratorias (CMS), de las Naciones Unidas, y el Acuerdo sobre la Conservación de las Aves Acuáticas Migratorias de África y Eurasia (AEWA), en vísperas del Día Mundial de las Aves Migratorias.
En un comunicado, ambas instancias destacaron que el envenenamiento por plomo se da cuando este metal pesado y altamente tóxico se libera al medio ambiente, mediante las artes de pesca que se apoyan en plomo, así como con los perdigones que se disparan con escopeta y que terminan dispersos en el campo.
Como resultado de ello, tan solo en Europa cada año mueren entre 400 mil y un millón y medio de aves acuáticas, debido a la ingesta de ese plomo, mientras que un número adicional de aves padecen problemas de salud debido al envenenamiento que les genera el consumo de este metal.
Muchas de estas aves ven la granalla de plomo o los plomos de pesca perdidos y los ingieren como comida porque los confunden con gravilla, además la gente también termina por quedar expuesta a este envenenamiento al consumir animales de caza disparados con plomo.
El secretario ejecutivo de la CMS, Bradnee Chambers, explicó que el plomo que envenena todo el mundo no solo mata a millones de aves, sino que también representa un problema para la salud humana por lo que es necesario solucionar esto de manera urgente.
Aunque la pérdida del hábitat, la contaminación, la cosecha y las prácticas agrícolas no sostenibles, la matanza y la captura ilegales, así como la colisión y la electrocución con líneas eléctricas se cuentan entre los mayores peligros para las aves migratorias, el envenenamiento por plomo es una de las amenazas para las que hay una solución práctica, insistió.
Ahora hay disponible munición sin plomo y tanto la investigación como la práctica han demostrado su efectividad, por lo que muchos cazadores ya usan munición no tóxica y algunos países como Dinamarca y los Países Bajos han eliminado completamente de forma gradual todo el plomo disparado hace más de 20 años.
El cambio a alternativas no tóxicas podría ayudar a conservar la naturaleza y mejorar la salud humana, por ello es indispensable promover la prohibición de la munición de plomo, ya que ello tendría como resultado una reducción de las emisiones de plomo, del envenenamiento de aves y de los riesgos para las personas.
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