El NAICM
Resulta harto interesante la controversia surgida por cuestionamientos relacionados con la construcción del NAICM, tras la revelación del presidente Enrique Peña Nieto, sobre el grave riesgo de perder una parte de los ahorros de mexicanos, tomando en cuenta que un porcentaje de los recursos invertidos a la fecha provienen varias afores.
Desde luego, el tema se calentó cuando Andrés Manuel Lopez Obrador salió a la palestra pronunciándose por la cancelación de la obra y propuso a los empresarios una mesa de análisis sobre varios aspectos que incluían análisis de costos, de contratos y de otros aspectos, lo que fue aceptado por el Consejo Coordinador Empresarial.
Funcionarios de todos los niveles, junto con candidatos y personeros, como jauría se fueron sobre el abanderado de Morena, en busca de la presidencia de México, pintándolo como el peor enemigo del desarrollo económico, del turismo y de los avances tecnológicos.
Aquellos comunicadores que se lanzaron en contra de Gerardo Ruiz Esparza, titular de la S.C.T., por el asunto del socavón, en Morelos, se olvidaron del asunto y se aliaron en la defensa del proyecto y de la continuidad de la construcción del NAICM.
A dos años de una entrevista de la revista Proceso en el 2016, a José Luis Lueje Tamargo, salió a flotea que los análisis del proyecto del NAICM fueron entregados por el entonces director general de la Conagua en el gobierno de Calderón, al equipo de transición de Peña Nieto, durante una reunión celebrada el 18 de octubre de 2012 con funcionarios encabezados por Gerardo Ruiz Esparza, actual secretario de Comunicaciones y Transportes, responsable del nuevo aeropuerto.
El exfuncionario recuerda que, en la reunión con Ruiz Esparza, le hizo tal advertencia, pero él la desestimó y más bien lo quiso cooptar: “Yo le dije en la transición: ‘¡No quiero ser profeta del desastre, pero nos va a llevar la chingada a todos!’”.
–¿Y qué le respondió?
–Ruiz Esparza me dijo una frase que en lo personal más me ha molestado en mi carrera como político: “No, José Luis, dinos cómo sí”.
Pero “cuando una cosa es no, no se debe hacer y punto. Me querían contratar para que yo les dijera el know how (saber cómo) de la cuestión hidrológica. Le dije: ‘Yo te doy el know how de hacer las cosas bien y no una chambonada’. Entonces, el tema es muy grave, muy serio”.
Sobre el tema, Martin Moreno menciona: No es, siquiera, la exagerada, esquizofrénica y confusa advertencia de Slim: “Suspender el nuevo Aeropuerto es suspender el crecimiento de México”. “Primero: nadie habla de suspender, sino de reubicar. “Segundo: se trata de beneficiar a más empresarios de manera más equitativa y menos injusta. Son 20 mil millones de pesos que solamente serían, hoy por hoy, repartidos entre un puñado de inversionistas, entre los de siempre. “Tercero: se propone revisar cualquier posible acto de corrupción sobre esta magna obra.
“Cuarto: si el crecimiento de un país depende de una sola obra, como dice Slim, pues entonces el resto de la infraestructura nacional – incluida la manejada por Grupo Carso- vale para un soberano sorbete.
“No, señores. No nos equivoquemos: “La construcción del NAICM se convirtió en el multimillonario botín de unos cuántos, como se demuestra líneas abajo. De nada sirve hacer públicos los contratos asignados si están viciados de origen: fueron entregados, en su mayoría, de forma directa para enriquecimiento de unos cuántos, sin ser licitados abiertamente. Y eso también se llama corrupción”.
“Desafortunada, la intervención de Carlos Slim en el conflicto aeroportuario. ¿Porqué? Por la sencilla razón de que él y su grupo son beneficiados directos de la obra, y aunque se entiende que defienda sus intereses financieros, también es cierto que ya entró en un conflicto de interés, siendo juez y parte, avalando, de paso, la opacidad y el favoritismo en la entrega de contratos, por no decir que se hizo bolas terriblemente a la hora de intentar explicar el asunto de las afores. Slim se lanzó al ruedo sin paragüas y quedó en medio de la tormenta”.
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