¿Organización?, tabú por corrupción
Una buena parte, por no decir que la gran mayoría de los problemas que obstaculizan el Desarrollo y prosperidad del campo mexicano –me refiero al estancado, al de sobrevivencia, al que no genera empleos, ni bienestar, menos riqueza a tenedores de la tierra- es la falta o insuficiencia en la organización.
Hace varios años, cuando el Ing. Guillermo Aldrete Haas llegó de nueva cuenta a la delegación de la Secretaría de Agricultura, en una reunión con productores de trigo que se quejaban de bajos precios para su cosecha y de los altos costos de los insumos que encarecen la inversión en el cultivo, les conminó a la organización, a la integración de asociaciones, grandes o pequeñas.
Los productores y los dirigentes de agrupaciones, al igual que uno que otro promotor de los plantones en Sagarpa o en el Centro de Gobierno, como medida de presión en la búsqueda de un mayor ingreso, en su mayoría aceptaron –algunos aun sin estar de acuerdo- en que se beneficiarían con las compras de insumos en conjunto, para bajar costos y al concentrar la cosecha tendrían un volumen de toneladas para negociar con los acopiadores y compradores tradicionales, o directamente en el mercado internacional.
De entonces a la fecha, nada ha sucedido, no hay cambio, todo sigue igual: los trigueros quejándose y sin voltear a ver hacia el ejido Janitzio, donde desde hace años opera una empresa de productores que, si bien no ha crecido en número, si en beneficios para sus integrantes y para agricultores que han tenido la visión de negociar la venta de las cosechas con ellos.
Nos referimos a COHERMEZ, una empresa que ha incrementado sus volúmenes de captación de trigo y algodón, principalmente, por los dividendos a sus socios y a los ajenos que confían en ellos, además de haber incursionado en dar valor agregado, mediante la industrialización de subproductos.
El éxito de la empresa de productores agrícolas ha sido la disciplina y la confianza de cada uno y entre de ellos, dejando las cuestiones de proyección y administración en manos del gerente, quien hace las presentaciones de las propuestas, se analizan en el consejo directivo, de rechazan, se modifican o se aprueban.
Lamentablemente, no en todos los organismos creados con la participación de productores han funcionado y es que algunas surgieron como bono, premio o pago para terminar con movimientos de protesta, fueron mal administrados y perdieron el rumbo, hasta su desaparición.
En otras empresas surgidas al amparo de los apoyos del erario, sus actuales directivos están desviando recursos en apoyo de “calenturas ajenas” que les permiten notoriedad en medios electrónicos –locales y nacionales-, manipulados por aquellos intereses de promotores de plantones bajo la afirmación de “Hablemos con la Verdad”.
Pero no solo es un mal ejemplo para avanza hacia la organización, la agrupación de intereses de producción, de comercialización o de bajar costos, no solo en los cultivos, sino en todas las actividades del sector rural, los excesos de directivos y de funcionarios de organismos de productores agrícolas y ganaderos donde los apoyos del erario federal y estatal se conjuntan con los de los particulares, surgen situaciones irregulares, con visos de abusos y corrupción.
Tales pudieran ser los casos del Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Baja California y de la Unión Ganadera Regional de BC.
En el primero, su presidente, Héctor Lara Soria, floricultor de la zona costa, quien por cierto pretende la reelección, nunca ha participado en reuniones con los productores agrícolas del valle de Mexicali, ni siquiera por curiosidad de enterarse de sus problemas o planteamientos, dejando todo en manos del gerente del Comité, Roberto Roche Uribe, tal vez por ser una situación cómoda.
Hace unos días, en una reunión con integrantes y directivos del Sistema Producto Algodón, en forma unilateral y sin la presencia del presidente del Patronato, el gerente pretendió la autorización de productores para aplicar una cuota extraordinaria siendo ahí donde Everardo Ramos Garcia, ex presidente del Sistema, hablo de “la Tahoe”, en referencia a la unidad que utiliza el gerente Roberto Roche Uribe, comprada por el Comité tras la paralización de operaciones del importante laboratorio donde se podían hacer diagnóstico de virología, bacteriología, hematología, micología, entomología y malezas.
Eso ya no es posible porque los técnicos capacitados en biotecnología aplicada a la sanidad vegetal que brindaban calidad y confianza: el M. en C. Homero Tovar Hernández, Jefe del Laboratorio, el M. en C. Humberto César Organes de los Santos, el M. en C. Adrian Mauricio García Ortega, Ing. Nancy Lizbeth Morales Salazar, Ing. Marina Ruíz Machuca y Roberto González Martínez, técnico de laboratorio, ya no están, se fueron y al presidente del Comité le valió un cacahuate.
Ante esta situación, hay productores que aportaron cuotas establecidas por el Comité que pedirán una auditoría técnica y económica, además de exigir la restitución de la Junta Local de Sanidad Vegetal, que hace años, por cuestiones de intereses de funcionarios, se desapareció, dando pie al irregular manejo que ahora se tiene en el Comité por ausencia de su presidente.
El otro caso es el de la Unión Ganadera Regional de BC, presidida por Gustavo Rodriguez Cabrales, agrupación a la que el gobierno de Baja California le permitió actuar como proveedor de bienes y servicios de los programas de Concurrencia.
Sin embargo, aquí se hace realidad aquello de “zapatero a tus zapatos” y es que, como proveedor, la Unión Ganadera Regional tiene en ascuas a 77 de sus miembros debido a que la UGR les emitió facturas por el monto de la inversión aprobada en el Comité Técnico que maneja la ahora Secretaria de Desarrollo Agropecuario, pero hasta la fecha, una serie de disculpas son el pan de cada día, pero el equipo no llega a manos de quienes pagaron de sus recursos el 50 % del valor de la factura y el otro 50 con recursos del erario.
El asunto del incumplimiento salió a flote tras una serie de quejas y reclamos de aquellos que pagaron, lo que obligó que la Unidad Técnica de Concurrencia hiciera un extrañamiento a Gustavo Rodriguez Cabrales, en representación de la Unión Ganadera Regional, pidiendo una explicación por el incumplimiento.
Sin embargo, el tiempo ha pasado y Rodriguez Cabrales no ha presentado un documento aclaratorio o justificatorio al incumplimiento, salvo versiones verbales, menciono Cesar Corrales, Director de Ganadería de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario.
Las versiones verbales es que el proveedor no le ha surtido porque abastece de sus productos a toda la república, que espera que los equipos lleguen pronto y otras, pero los ganaderos beneficiarios de los apoyos del Programa de Concurrencia siguen en la misma, sin el equipo y lo peor, sin dinero.
Estas situaciones de abusos, ineficiencias o corrupción, son parte del surgimiento de la resistencia a la organización y a la asociación, toda vez que no todo el tiempo los directivos tienen la visión, ni la capacidad para proyectar desarrollo, pero con su permanencia como directivos o funcionarios les permite, en ocasiones hacer alianzas para continuar en los cargos, generando situaciones de caciquismo que les llevan a considerarse dueños y señores de lo que no es suyo, sino de todos.
Los retos a vencer para avanzar en la organización son muchos y quienes deben de hacerlo deberían de empezar por terminar con todo tipo de imposiciones en los organismos donde se manejan recursos del erario público, sin importar su origen, aun cuando pudieran existir situaciones de corrupción por complicidad o por omisión.
Esperemos a ver que resulta de todo esto.
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