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Por César Villalobos López

Nos llama la atención que durante la celebración de la LV Asamblea Nacional de la Central Campesina Impediente, su dirigente en turno José Amadeo Hernández, pregunte al precandidato del Revolucionario Institucional: “¿Cómo es posible que el Procampo -hoy Proagro- tenga actualmente, en términos reales, menos del 50 por ciento del presupuesto que tenía en 2010?”.
Obvio, el dirigente de la CCI no tuvo ninguna respuesta de José Antonio Meade y es que habiendo estado en la Secretaria de Hacienda, alguna responsabilidad debió de tener en la reducción de los montos, como también en la inoportunidad de los pagos de todo tipo de apoyo a los programas de la Secretaría de Agricultura, como en el caso de los productores de granos, no solo de trigo en Baja California, también de maíz, sorgo, en otras entidades.
Esto nos lleva a considerar la inutilidad del Congreso de la Unión, con sus dos costosas cámaras, toda vez que en nada benefician a los ciudadanos los presupuestos de ingresos y de egresos que se aprueban, pero si dejan buenos dividendos a los grupos parlamentarios para su aprobación y modificación.
Resulta que los diputados, supuestos representantes de los electores, al llegar a la cámara se convierten en rehenes de los grupos parlamentarios, solo hablan lo que se les dice hablen y se convierten en marionetas de los intereses políticos.
Quiérase o no, la Secretaría de Hacienda es la entidad que dispone a su antojo de los recursos captados, al igual que de la regulación o manejo de precios de productos estratégicos, como el petróleo y gasolinas, al margen de lo establecido en los presupuestos aprobados por los diputados y los senadores.
Entonces, ¿de qué sirven las dos abultadas y costosas cámaras?
De los participantes en la Asamblea Nacional de la CCI, hay quienes, por su militancia y la afiliación partidista de la agrupación creada por Alfonso Garzón Santibañez, en otras entidades de la república pueden tener la esperanza y aspiración de ser tomados en cuenta para contender por cargos de elección popular, pero no en Baja California, donde el PRI esta, sino secuestrado, si acaparado.
Como pilar del Partido Revolucionario Institucional, el sector agrario está más colapsado que los edificios afectados por el sismo en la capital del país, sus filiales son meros membretes a partir de que la mayoría de las cabezas o presidentes carecen de liderazgo por no tener interés real en la producción agropecuaria, salvo raras excepciones.
Sin embargo, las aspiraciones de aquellos que prestan su nombre para figurar como presidentes o cabezas de agrupaciones, sin duda son legítimas, en lo personal, pero no correctas, ni justas, por no obedecer o provenir de un trabajo de representación efectiva.
¿Qué interés puede tener un individuo por representar a un partido, si presume de haber llegado a la candidatura por una coincidencia, ser ahijado, al igual que el aspirante a la candidatura presidencial de un mismo individuo?

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