No pasa nada
Sin duda alguna resulta vergonzosa y hasta ofensiva las arrogantes e eufóricas muestras de poder absoluto de los integrantes del Congreso de la Unión, tras lograr un acuerdo para llevarse un jugoso aguinaldo y recursos adicionales por la terminación del periodo para el cual fueron electos.
La disposición de las millonarias cantidades para diputados y senadores -que se supone representan a los ciudadanos- puede materializarse con la complicidad o el soslayo del poder ejecutivo, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dependencia que autoriza su ejercicio.
Hace unos meses, diputados integrantes de la Comisión de Agricultura del Congreso de la Unión estuvieron en el Centro de Gobierno, donde los productores de trigo, algodón y otros cultivos esperaban anuncios sobre la operación de los anunciados apoyos del gobierno federal para impulsar el desarrollo del campo.
¡Oh! Sorpresa, los legisladores se encargaron de magnificar la difícil situación económica en las arcas del gobierno federal; justificaron la aprobación de partidas en la Camara de Diputados, pero no pudieron hacer lo mismo cuando se les interrogó el porqué, entonces, la Secretaría de Hacienda no libera los recursos aprobados para que la Secretaría de Agricultura cumpla sus programas.
La visita de los legisladores federales fue en víspera de la presencia del presidente Enrique Peña Nieto para inaugurar el canal 4 de Abril, considerado un monumento a la corrupción, aun cuando, con el cambio de nombre a Canal 27 de Enero, se diluyó la corrupción en la Comisión Nacional del Agua.
Pero no es así, luego del acto inaugural, el presidente Peña Nieto recibió, de una usuaria del agua, un escrito donde se le dio a conocer una serie de irregularidades, fallas, obras faltantes y mal hechas, pero no pasó nada.
Hay quienes aseguran que el Jefe del Ejecutivo Federal mostró molestia, no se sabe si por la denuncia que no fue detenida en el filtro, o por la traición de su amigo, David Korenfeld, cuando le puso al frente de la Comisión Nacional del Agua.
Tras la breve estancia del presidente Peña Nieto en el valle de Mexicali, se hicieron dos anuncios, uno sobre la respuesta del gobierno federal a la situación de los productores de trigo, con la oferta de un apoyo que desde hacía tiempo se venía manejando, mismo que a la fecha continua en el aire como promesa y la intromisión del manejo burocrático de que si será la Secretaria de Agricultura o Aserca, la operadora de los recursos.
El otro fue relacionado con la asignación de recursos para eliminar los sólidos acumulados en la caja de azolve entre la represa Morelos y la Matamoros, además de los primeros kilómetros del Canal Alimentador Central, hasta Calabazas, zona donde se ha recudido su capacidad de conducción y contribuye a la generación de los problemas para disponer de los volúmenes adecuados en el manejo del agua.
Hay versiones de que la anterior administración del organismo de cuenca de la Comisión Nacional del Agua invirtió varios millones de pesos en la extracción de azolve y que actualmente ha sucedido lo mismo, pero en el tramo de acumulación solo se ha visto una draga marina que desde hace más de 20 años sin operar.
Así las cosas, el grueso de la población carece de todo tipo de protección debido a la conjugación de intereses entre los tres poderes de la unión, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, amén de los de las cúpulas de los partidos políticos, creando en el conjunto una gran mafia que defiende su permanencia a costa del estancamiento de los sectores productivos de los que no son socios y de la marginación de quienes salieron de la pobreza extrema por haber recibido un televiso, en una vivienda con piso de tierra, sin drenaje, sin agua potable y en ocasiones sin energía eléctrica.
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