Entre Los Surcos…

Agua sin rectoría

Al paso del tiempo se comprueba que la resistencia de los usuarios del agua que tanto criticó Ernesto Zedillo Ponce de León, como presidente, al grado de satanizar a quienes reclamaban el cumplimiento del gobierno federal a los contratos de rehabilitación y compactación del Distrito de Riego 014 Río Colorado, era justificada.
Zedillo, engañado, como seguramente en la actualidad lo está en algunos aspectos el presidente Enrique Peña Nieto, a juzgar por la situación social y los índices de corrupción, de delincuencia e impunidad, jamás se preocupó por dialogar con las cabezas de las agrupaciones de productores agrícolas usuarios del agua para conocer sus puntos de vista.
Si a eso le sumamos el desmantelamiento de una de las más importantes secretarias del gobierno federal, la de Recursos Hidráulicos, con técnicos especialistas en materia de agua en todos sus aspectos, para dar paso a una Comisión Nacional del Agua en manos de abogados, licenciados en administración y sobre todo amigos, entendemos porque estamos como estamos en el manejo del agua en el valle de Mexicali.
La abuela decía que “¡Perro que come huevo, aunque le quemes el hocico!” y ello lo vemos todos los días por la corrupción y complacencia en autorizaciones de nuevas perforaciones para extracción de agua en zonas sobre explotadas como el valle de San Luis, Rio Colorado Sonora, o la continuidad en los abusos de quienes han hecho del módulo 9-B un coto de poder.
Porque ocurre eso, simple y sencillamente porque la corrupción está enraizada  la cuscuta en los cultivos y por donde quiera que le jales descobijas, ¿O porque cree usted que no hubo ninguna sanción para Rigoberto Montoya Barraza cuando recientemente le sorprendieron robándose el agua mediante la nocturna operación subrepticia de un pozo, para regar alfalfa?
Su presidente es un hombre de buena fe, pero se tiene la impresión de que algunos regadores y posiblemente hasta funcionarios y miembros de la directiva pudieran estar relacionados con aquellos que en el pasado reciente regaron sin permiso, sin pagar el agua, a su antojo y cuando les venía en gana, todo por la ausencia de infraestructura adecuada y la negligencia de los funcionarios del organismo de cuenca de la Comisión Nacional del Agua que soslayan su rectoría.

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