Los gobiernos de la Ciudad de México, del Estado de México y la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, gestionan para que la Secretaría de Educación Pública (SEP) utilice una bolsa de 900 millones de pesos que se aprobó para el 2017, a fin de insertar en la escuela a los niños que trabajan o están en situación de calle.
En un comunicado, la Union Nacional de Padres de Familia señalan lo anterior y precisan que el problema es complejo, pues se tendrían que analizar muchas circunstancias que hay detrás del trabajo infantil, de los niños en extrema pobreza o en situación de calle, para saber cómo hacer llegar esos recursos a sus familias para que realmente estén en posibilidad de mandar a sus hijos a la escuela.
Tan sólo en zonas rurales, poco más de 1.1 millones de niños y adolescentes en edad de cursar su educación básica no asisten la escuela, según cifras del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
Qué bueno que los legisladores y los encargados de educación del Estado de México y la Ciudad de México se preocupen por esos niños que no estudian, esto debe ser doloroso para todos los mexicanos, pero también deben estar conscientes que no con la firma de tratados, acuerdos o leyes se va erradicar este vergonzoso problema, sino con la mejora de condiciones económicas que realmente les permita a los menores regresar a las aulas, desarrollando una calidad educativa que en México ha quedado muy rezagada con respecto a la mayoría de las naciones.
Nuestros niños y jóvenes son el futuro de la nación. Es tarea de todos brindarles mejores condiciones y una mejor educación.
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