Editorial…

Sin confundir

La reacción de los mexicanos a lo largo y ancho del país en torno a la nación, por los peligros de tener en la presidencia de los Estados Unidos a un hombre radical e impredecible, no significa que mejore la percepción sobre la cuestionada administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Hay quienes consideran que son muy pocos los logros en materia económica, poniéndose como ejemplo el gran endeudamiento que supera al de los dos sexenios anteriores, pero lo más graves resulta ver cómo han venido ocultando lo que deberán de pagar los hijos de sus nietos, dentro de cien años, cuando se cumpla el plazo del papel colocado en euros y que suma unos 8 o 9 mil millones de euros y etiquetados a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad.   

Al presidente Enrique Peña Nieto le está sucediendo, con sus colaboradores, lo mismo que al gobernador Francisco Vega de Lamadrid y al final del camino serán los únicos responsables de la lealtad a los amigos que no resultaron amigos, porque de serlo habrían agradecido la confianza depositada en ellos, dejando el cargo a personas con capacidad para los diferentes cargos.

Como se explica usted que un secretario de Hacienda, como Luis Videgaray, hoy titular de Relaciones Exteriores expresara sorprendido: “desconocía que a la gente en la franja fronteriza le molestaban los aumentos” en referencia a los gasolinazos.

Luego agregaría: “Nunca se ven manifestaciones, ni nadie alzando la voz, pensamos que estaban a gusto y conscientes que los hidrocarburos suben conforme a la inflación, pero ya nos dimos cuenta que un grupo de taxistas pretenden actuar radicalmente y pues para que no digan que somos malos el 2015 terminarán los ligeros aumentos”.

En materia de educación, el secretario Nuño pondera ante los medios nacionales de comunicación la entrega de 300 plazas a nuevos maestros, mientras que en algunas entidades del país se han asignado más, como en el pasado ocurrió en beneficio de maestros de la sección 37 del SNTE.    

Ante el desencanto de los ciudadanos con las acciones de gobierno, resultó positivo la presencia de un elemento externo que llamó la atención y contribuye a lograr la unidad de los mexicanos que los gobernantes no han podido conseguir por ausencia de credibilidad y es que las palabras no son congruentes con los hechos.

Desde la fallida declaración de guerra al narcotráfico los criterios y rumbos de los gobernantes han sido variantes pero no suficientes para terminar con la violencia, no obstante los triunfalistas anuncios sobre la detención del número “100” de los 124 delincuentes más buscados, dan la impresión de que los pocos que quedan tienen más poder que la autoridad. 

Pero al margen de todo, hay que estar, en momentos como este, cerrando filas en apoyo a nuestro país, a nuestra nación, con la esperanza de que los gobernantes sepan aprovechar la coyuntura de amenaza y tengan inteligencia para encontrar el rumbo correcto y a favor de la ciudadanía en general, que a los que viven en pobreza extrema les enseñen a pescar para que logren ser autosuficientes y no solamente les den el pescado.