Si no me apoyas, estas en contra
Sin duda alguna, la afluencia de ciudadanos a las tres manifestaciones concluyentes en el Centro de Gobierno fue una muestra del hartazgo consecuente con las variantes económicas del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, más la devaluación del peso y el anuncio de gasolinazos, también de la nueva Ley del Agua, reemplacamiento, acueducto para la cervecera Constellation Brands y otros asuntos del gobierno de Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, además del impuesto predial y otros de alcance municipal.
Luego surgieron diversos actores pretendiendo tener la legítima representatividad que polarizaron criterios e intereses, incluyendo a elementos de los medios de comunicación erigidos como dueños únicos de la verdad, arremetiendo en contra de quienes no coincidían con ellos.
La intromisión de partidos políticos que se ha pretendido soslayar, por quienes los representan, militan o simpatizan con ellos, es innegable, incluyendo a los camuflagiados de reporteros de medios de comunicación inexistentes.
Los gritos de “no violencia” surgidos luego de situaciones provocadas por integrantes de las manifestaciones exigiendo que las autoridades resuelvan positivos todos los planteamientos originales, más los adicionales, han sido la constante.
El problema surge porque son muchos los intereses aparejados por terceros al auténtico reclamo ciudadano expresado con su presencia en las marchas anteriores.
Algunos voceros pretenden adjudicarse la representatividad total, en especial aquellos que llevan interés político partidista, pero lo niegan.
En el caso del agua para la cervecera Constellation Brands existen muchos intereses económicos de los opositores a su instalación y éstos aseguran que también los hay por parte de los funcionarios del gobierno de Baja California.
En ambos casos, manifestantes, voceros y defensores del agua han llegado a considerar, “si no me apoyas, si no estás conmigo, estás en contra”, por el hecho de no coincidir en sus pronunciamientos.
Los actuales pronunciamientos, en el caso del agua nos recuerda aquella aplaudida expresión de “a sangre y fuego” de Celestino Salcedo Monteón, en el ejido Morelos, pero no le gusto cuando la vio impresa, como nota principal, en La Voz de la Frontera, pidiendo a Don Jorge Davó Lozano le permitiera hacer una aclaración.
Efectivamente, el acuífero del valle de Mexicali esta sobreexplotado, no por ninguna empresa industrial, la extracción del agua la han venido haciendo los agricultores, en especial alfalferos que impulsan las manifestaciones porque de operar la planta cervecera tendrían menos oferta de agua para rentar y continuar con la explotación de las superficies que ahora tienen.
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