El trigo
Sin duda alguna, el trigo es uno de los cultivos más importantes en el Valle de Mexicali, en cuanto a superficie, luego de la decadencia del algodón, pero el juego sucio de habilitadores, de comercializadores y productores, en este ciclo agrícola 2016/2017 se reflejaran las consecuencias de los mutuos abusos y de la complacencia de las autoridades y de la falta de organización de los trigueros.
Se tienen antecedentes, sin ningún castigo, de que algunos habilitadores han entregado a los productores semillas tritricale surgido del cruzamiento de trigo con centeno, en lugar de simiente certificada de alguna variedad de trigo, pero otros les proporcionaron grano comercial cribado y pintado.
Esto ha sido posible por la nula presencia del área de Sanidad Vegetal de la Secretaría de Agricultura y el soslayo del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas.
Esto fue secreto a voces, pero los gritos y sombrerazos de los afectados no fueron escuchados por los habilitadores, menos por las autoridades.
En ciclos anteriores, los acopiadores hicieron su agosto con la cosecha de trigo aprovechando contratos incompletos que por necesidad fueron aceptados y firmados por los productores, pese a no contener condiciones favorables en la comercialización.
Sin embargo, la situación continua igual, los productores firman porque carecen de garantías para buscar crédito en fuentes formales, pero con el agravante de que ahora, luego del desastre económico con la recuperación de créditos del ciclo 2015/2016, ahora firman lo que les pongan enfrente, con tal de recibir recursos.
Esta situación fue agravada por la ausencia de control oficial para la movilización del grano y la voracidad de quienes vieron la oportunidad de comprar alrededor de 30 mil toneladas del grano con el señuelo del pago de contado, sin importar el origen del producto.
Los productores se han resistido a la organización y cada uno por su lado, a espaldas de otros, busca sacar el mejor provecho posible al negociar con los habilitadores, generalmente acreedores, al tiempo de esperar un milagro con apoyos económicos a través de una gestión política.
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