¿Hasta cuándo?
Por César Villalobos López
No hay ninguna duda de que parte del problema que vive una buena parte de los productores de trigo, de algodón, de maíz y de otros cultivos, es la deficiencia y los vicios en el manejo del agua, tanto en la S. de R.L. concesionaria de la red mayor, como en los módulos de riego.
Pero al final, el que paga el pato, el que ve mermada su cosecha y sus ingresos, es el agricultor al que le escamotearon, por regla general, el agua para el ultimo riego.
¿Por qué sucede?
Nadie sabe, pero todos se lavan las manos.
La S. de R. L., señala a la CILA -Comisión Internacional de Límites y Aguas- por los volúmenes que, provenientes de los Estados Unidos, no se ajustan a la tabla de operación.
Si se revisan los informes de entregas de agua en los módulos de riego, los directivos afirman que la S. de R.L. no les cumple con los volúmenes programados, les entregan menos agua y así no pueden proporcionar lo que reclaman los usuarios.
En la reunión del Módulo 18 afloró la soberbia de los funcionarios de la CEA -Comisión Estatal del Agua- operadores del acueducto Rio Colorado – Tijuana, al abrir la compuerta sin importar que se arrastren los niveles aguas arriba y se colapsen los riegos en proceso en los Módulos 18, 19 y 20.
En los directivos de este y de otros Módulos se observa pasividad, mucha ignorancia y más sumisión a las indicaciones de cualquier funcionario de CILA o del organismo de cuenca de la Comisión Nacional del Agua o de la S. de R.L., de sus gerentes o de sus asesores, algunos de ellos con negro historial de pillos.
Dan la impresión de estar por el sueldo, los viáticos y otros beneficios personales, sin preocupación alguna por buscar el origen de los problemas para ir tras una adecuada solución.
De todo esto, mucha culpa tenemos los usuarios que, por no conocer los estatutos, principalmente, desconocemos los derechos y las obligaciones, por lo cual los directivos hacen lo que quieren, muchas ocasiones avalados por quienes anteriormente han ocupado cargos directivos.
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