Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Editorial…

Impunes las acciones de la CNTE

Para muchos mexicanos, ciudadanos comunes y corrientes, resulta desconcertante lo que viene ocurriendo en el centro, sur y sureste del país, por las belicosas acciones de protesta de quienes dicen ser maestros militantes en la coordinadora, conocida como CNTE, reclamando la reversión de privilegios que, por la irresponsabilidad de Heladio Ramírez López, ex dirigente de la CNC y entonces gobernador de Oaxaca, obtuvieron al recibir el control de la educción estatal.
Hay quienes consideran que en la zona del conflicto se ha perdido el estado de derecho que el gobierno, como estado, debe de hacer que prevalezca para la convivencia pacífica que permita el desarrollo social, económico y material de cada entidad.
En aras del dialogo, a través del cual el gobierno federal busca la solución del problema -manifestaciones y bloqueos- los funcionarios han asumido la actitud de los tres micos, no ven, no escuchan, aun cuando si hablan soltando una palabrería que en ocasiones les confunde, pero no actúan.
En el caso de los manifestantes que dicen ser maestros, han afectado las comunicaciones vía terrestres y aéreas, llegando a la suspensión operativa de algunas radiodifusoras. En el caso de las vías de comunicación como carreteras, no es nuevo, desde hace años el gobierno ha sido omiso cómplice que permite el robo de dinero en casetas de peaje.
Los industriales del acero, automotrices, los comerciantes, los empresarios de ferrocarriles y del transporte de carga y de pasajeros, han mencionado cifras multimillonarias por pérdidas ocasionadas por los manifestantes, a grado tal que hasta la Asociación de Banqueros de México puso el grito en el cielo.
Los funcionarios encargados de aplicar la ley, así como de mantener el estado de derecho, antes de cumplir con su obligación voltean a los derechos humanos de los manifestantes, en ocasiones dando la impresión de que los revoltosos son quienes mandan.
No faltan aquellos que se atreven a considerar que la pasividad oficial deja ver la posibilidad de que en todos los casos haya valores entendidos, en especial porque a nadie parece importarle los daños ocasionados a la población en general, sino también a la nación y ya son muchos.

About Author