Por Xóchitl Gálvez
El oficialismo quiere cancelar cualquier espacio de pensamiento crítico. Todo aquel que le mencione errores en su ejercicio de gobierno será descalificado y desacreditado. No hay espacios para la crítica. La autocrítica es una forma de traición. Este linchamiento sistémico a la crítica es la piedra de toque del autoritarismo.
Si se cuestiona su incompetencia por no alertar por las intensas lluvias, te califican de ruin. Si mencionas que el Sistema Meteorológico Nacional informó con anticipación para evitar la muerte de personas en un desastre natural, te acusan de “zopilotear”.
Ruin es asegurar a los afectados por las lluvias que no se escondería la información y, al siguiente día, pedirle a su secretario de Salud que no informe sobre los municipios afectados. Ruin es desarticular el Sistema Nacional de Protección Civil y dejarnos a la buena de Dios ante los fenómenos meteorológicos.
La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta su primera crisis en desastres naturales. Desafortunadamente se ha confirmado la muerte de 76 personas y la desaparición de 39 más.
Ante una catástrofe que provocó la pérdida de vidas humanas y la destrucción de miles de viviendas, es fundamental evaluar la actuación de las autoridades responsables.
Sin una evaluación crítica del desempeño del gobierno, no hay posibilidades de aprendizaje y mejora.
Por ello, aunque a la Presidenta le moleste y mienta al decir que no había ninguna condición científica meteorológica que indicara que las lluvias serían de tal magnitud, es necesario destacar que el Sistema Meteorológico informó con oportunidad, pero falló el sistema de alerta.
Existen fotos satelitales de fenómenos previstos desde el Pacífico y el Golfo de México, con los cuales se pronosticaron lluvias torrenciales de 150 milímetros. Con ello, los escurrimientos se pueden calcular con modelos matemáticos que pronostican los milímetros de lluvia en volúmenes de escurrimiento. Al mismo tiempo, el escurrimiento previsto representa un mapa de inundación estimado, con lo cual les permitía emitir las alertas de evacuación.
Al oficialismo tampoco le gusta que se mencione, pero con la desaparición del FONDEN en el sexenio de López Obrador, se destruyó el Sistema Nacional de Protección Civil, del cual dependía la Coordinación Nacional, organismo responsable de emitir declaratorias de emergencia y desastre, lo que no se ha realizado en los últimos siete años a pesar de la gravedad de los impactos, como el paso del huracán Otis en Acapulco.
Si bien la operación del FONDEN era mejorable, al menos contaba con reglas de operación y auditorías. Se desapareció por capricho presidencial, bajo el argumento de corrupción; argumento que repite también la actual Presidenta. Acusación en el discurso y, en su caso, impunidad en los hechos.
Al gobierno le debe quedar claro que carecer de alertamiento vulnera las vidas humanas. Debe entender que con el desmantelamiento de instituciones se desarticula la capacidad del Estado para resguardar la integridad de la población.
Urge la creación de una Agencia Nacional para la Prevención y Atención de Desastres Naturales. Un organismo que coordine la parte científica con entes operativos. Que trabaje desde la prevención, durante la emergencia y la reconstrucción de lo dañado.
La presidenta Sheinbaum que es científica debería estar de acuerdo con esta propuesta.
Comentario final. Semana cuatro: Ya renunció al Senado, Gerardo Fernández Noroña: ¿Cuándo terminará la impunidad de Adán Augusto López?

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