Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Los que saben…

“Las plagas de la ganadería”

Por  Orfalinda Hinojosa Elizalde/ InfoCampoBC

De manera anticipada, quien suscribe esta modesta columna se excusa de la analogía que a continuación se redacta, debido a que, al emplear una referencia bíblica, se hace de manera respetuosa a quien practica de manera fehaciente y religiosa alguna doctrina espiritual.  Sea pues esta introducción aclaratoria que lo a continuación expuesto, es sin el afán de “raspar muebles”.

Quien ha tenido la oportunidad de leer la Biblia, es decir, abrirla y examinar los párrafos que forman los mil 188 capítulos y 31 mil 187 versículos integrados en el Antiguo y Nuevo Testamento, recordarán que, (o quienes no lo han hecho, seguro conocen este pasaje) en el capítulo de Éxodo, describe como Jehová doblega al Faraón para liberar a los israelitas de Egipto y terminar con el sufrimiento de dicho pueblo, mediante diez plagas que devastaron en muchas formas a ese país.

Estas diez plagas, de acuerdo con lo consultado en orden, fueron: conversión del agua en sangre; plaga de ranas; plaga de mosquitos (piojos o pulgas); plaga de tábanos o moscas; peste del ganado; úlceras; granizo ígneo o ardiente; plaga de langostas; tinieblas y muerte de los primogénitos.

Solo con conocer cuáles se presentaron una delante de la otra, es posible imaginar el sufrimiento que provocó en Egipto el terror que cada una significó para los habitantes de ese país; el dolor, desesperación, miedo, horro, desgarro de sentimientos al ver devastada la ciudad.  El motivo, como se mencionó anteriormente, fue liberar de la esclavitud a los israelitas.

La Biblia no menciona el nombre del Faraón que gobernaba en ese periodo, sin embargo, hay historiadores que sugieren que se trató de Ramsés II, sin mayores datos para afirmarlo, y con la referencia bíblica, es posible imaginarse la crueldad de las decisiones que tomaba el Faraón, lo que provocó que Jehová pusiera de rodillas a la autoridad egipcia de ese periodo.

Los tiempos han cambiado, la concepción de las ideas que motivaron a la evolución de la humanidad con el desarrollo del pensamiento gracias a las diferentes teorías que han resultado en la creación y aplicación de leyes y reglas que han permitido, de alguna manera, que la sociedad viva en orden para evitar el caos, sin embargo,  estos pensamientos filosóficos, desde su nacimiento, distan mucho del ejercicio de ellas en estos días, en donde la práctica de la corrupción ha sido la base del funcionamiento de la sociedad, permitida e impulsada por quienes ejercen el poder.

Sin profundizar en lo anterior y con pesar, quienes viven del sector agropecuario, específicamente, han padecido desde el sexenio federal anterior, el desmantelamiento del campo ya sea con la reducción significativa de los recursos para operar los programas, así como la cancelación de muchos de estos por calificarlos de corruptos, en su momento.

Resultado de lo anterior, el flagelo se hizo patente desde finales del año pasado, por mencionar un ejemplo, cuando se anunció la aparición del gusano barrenador del ganado en la frontera sur de México.  En ese momento, Julio Berdegué Sacristán, titular de la SADER Federal, ante ganaderos de todo el país, enlistó diferentes señalamientos duros que referían precisamente la corrupción y contrabando de ganado de Centroamérica al país, al afirmar la venta ilegal de aretes SINIIGA en los países centroamericanos, con el propósito de legalizarlos como mexicanos para transitar al mercado nacional.

En ese momento no se pensó en que una plaga con 40 años de erradicada en la República aparecería, sin embargo, solo los “mal pensados” o bien entendidos porque supieron leer las señales y descubrieron lo que ya pasa ahora: el inicio de un daño inimaginable en la ganadería mexicana, en donde el más afectado es el ganadero, es decir, aquel que posee la vaca, el toro y el becerro.  No quien compra el becerro, lo engorda y lo sacrifica, siendo estos, los beneficiados.

Este declive, es el resultado de la tormenta perfecta al conjuntarse los resultados que hoy existen gracias a la puesta en marcha por el mismo Andrés Manuel López Obrador durante su administración como presidente de México en 2020, del programa “Crédito ganadero a la palabra”, cuyo propósito era impulsar la actividad en zonas de bajos recursos económicos, al otorgar vacas y sementales, en donde los beneficiados se comprometían a pagar con la entrega de las crías producto de esos animales, sin embargo, no funcionó, porque los mismos ganaderos dieron cuenta de que las vacas y sementales eran viejos o enfermos.

Durante el año mencionado, de acuerdo con una publicación de Proceso, se informó que el presidente mexicano, tuvo conocimiento del peligro que representaría para la actividad y la economía, la reaparición de la mosca del gusano barrenador del ganado.

El trabajo periodístico presentado por Proceso señala que, en un estudio publicado por la Secretaría de Agricultura, “Análisis del impacto potencial del gusano barrenador en México”, advirtió de la dependencia que mantenía el país con Estados Unidos en la obtención de moscas estériles para combatir el gusano barrenador del ganado, así como del riesgo de no reactivar la planta productora ubicada en Chipas clausurada en 2013, además del inminente daño que tendrían en 2019 la producción de carne y leche, de propagarse esta plaga.  

Otro elemento fue la decisión que en su momento tomó López Obrador, al firmar en abril de 2022, el plan contra la inflación para evitar la carestía, que contempló estandarizar los precios de 24 productos de la canasta básica, entre ellos, la carne, permitiendo así la entrada a México de este alimento procedente de Brasil y Argentina, a precios bajos, sin embargo, lo que no se dijo, fue que en estos dos países existe la fiebre aftosa, que afecta al ganado bovino.  Esto provocó la proliferación de carne económica en el mercado de consumo nacional, lo que afectó desde entonces, a los ganaderos mexicanos al ver su producto desplazado por alimento barato.

Por si esto no fuera poco, en 2021, al igual que Baja California, otras siete entidades más perdieron la acreditación para exportar ganado en pie al vecino país del norte debido a la proliferación de la tuberculosis bovina en un México relajado, provocando que Estados Unidos agudizara las reglas para comprar ganado nacional.

Afortunadamente, en Baja California no existe el gusano barrenador del ganado, empero, nada garantiza que no aparezca, situación que se espera no ocurra.  

De acuerdo con el plan de regionalización anunciado recientemente por la SADER Federal, Baja California está catalogado como zona de amortiguamiento, junto con Baja California Sur, así como Estados del centro occidente; entidades, que, en atención con la instrucción de la federación, se permite la movilización de animales entre zonas de amortiguamiento y la introducción de animales que cuenten con un proceso de inspección y tratamiento en PVI o corrales autorizados en la zona afectada, ahora bien, surgen algunas preguntas que es fundamente en este momento contestar: ¿qué dice la dirigencia de la Unión Ganadera Regional de Baja California ante la inevitable caída de precios de los becerros nacidos en el Estado provocado por la entrada de ganado de Chihuahua y Sonora que no serán exportados?, ¿están preparados ante esta contingencia?, ¿cómo evitará el daño a los ranchos del Estado?, en caso de que se registre el gusano en la entidad, ¿de qué manera apoyarán a los ganaderos?, ¿cuál es la alternativa para proteger el ganado?, ¿cuál es el plan de SENASICA en Baja California para contenerlo, en caso de que ocurra?, ante esta contingencia, ¿no sería indispensable que la industria de la engorda mexicalense priorizara la comprara de los becerros nacidos en Baja California, para evitar el desplazamiento del ganado de otras entidades, debido a que Sonora y Chihuahua poseen bovinos de mejor calidad genética?, una vez que se reabra la frontera por este motivo,  ¿qué pasará con los pocos avances en los trabajos  para combatir la tuberculosis y recuperar la acreditación como entidad exportadora?

De esta manera, en este momento, a mayo de 2025, quienes se han confabulado en lo aquí descrito, cobijados por autoridades que poco o nada les importa el daño que pueden provocar, han abierto la puerta del cielo para dejar pasar una de “Las plagas de la ganadería”: la plaga de moscas que provoca la segunda; la peste del ganado.

Solo Dios sabrá, dará fortaleza y sapiencia a los ganaderos para soportar el embate que representa el gusano barrenador en sus ranchos. Que así sea.