Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Tengo 43 millones: no pago para que me pegues

Por Antonio Magaña.

Cual orate, el diputado Juan Manuel Molina, parafraseó una de las frases famosas del ex presidente López Portillo: “no pago para que me peguen”. 

‘No pago para que me peguen”, con el dinero del Congreso del Estado, «por supuesto», porque, con su dinero no paga el silencio y la publicidad “que compra”, (quienes lo conocen aseguran que es un miserable irredento).

El Castigador de mujeres*, lleva 15 años cobrando como diputado en el Congreso; es la encarnación del perfecto saltimbanqui: diputado del PAN, MC y ahora de MORENA.

Molina, y el también diputado tránsfuga – “morenista” Jaime Cantón, «otrora jefe de la chaviza revolucionaria del PRI»; se apoderaron del presupuesto de publicidad del Poder Legislativo:

43 millones de pesos; más de 2 millones de dólares, de los cuales, disponen a como sus «muy particulares intereses» les dan a entender.

El instrumento para realizar sus tejes y manejes, lleva por nombre Hugo Ruvalcaba, jefe de comunicación de tan Honorable Congreso. 

Es un secreto a voces que, hasta un funcionario de comunicación del Congreso, ya se compró una residencia de contado, pero; el muy sinvergüenza, la puso a nombre de su mamá “para que nadie se diera cuenta”, ja, ja.

¿Quién los fiscaliza?; ¿cuánto se roban?; ¿a dónde se va ese dinero?

Sin querer, -con su balconeada difundida a nivel nacional-, el reportero Rubén Gómez, puso al descubierto la cloaca de la comunicación sexual, perdón social, en el Congreso y el manejo perverso que le dan a ese dinero que, -dicen los de Morena-, “es del pueblo”.

El NO PAGO PARA QUE ME PEGUEN se remonta al 7 de junio de 1982.

«A una observación directa del periodista Francisco Martínez de la Vega, en torno a la actitud hostil hacia los medios, y el uso coercitivo de la publicidad, el presidente José López Portillo contestó»:

“…es perverso pagar como publicidad a empresas mercantiles que hacían de la oposición ejercicio profesional… ¿te pago para que me pegues?… ¡Pues no faltaba más!”.

“No pago para que me pegues”.

Siete días después, López Portillo escribe en su diario: 

“Los columnistas genios están polemizando; pero tengo la convicción de que los agarre con los dedos detrás de la puerta…podrán lucubrar y decir lo que falta, mi tesis es impecable…con un discurso de veinte minutos puse a pensar a los pensadores…”. 

Aquel discurso, y el boicot publicitario, tenía como destinataria a la revista Proceso, en donde se sostenía una postura crítica a la última parte de la gestión de López Portillo, caracterizada por la grave crisis económica que sumía, y, acabó sumiendo al país.

Las actitudes gansteriles y simiescas de Molina y Cantón, guardando, -desde luego-, las debidas proporciones entre el ex presidente y los simios, son un reflejo de que, con la Cuarta Transformación de las Conciencias, sigue vigente e incandescente la Frase de aquel López que hundió al país y, del López, que lo volvió a hundir y, luego se fue a la chingada: 

“NO PAGO PARA QUE ME PEGUES”. 

*En otra entrega compartimos el Texto de la canción cubana: “El Castigador”.