Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Falleció Don OlegarioVázquez Raña

Rendimos homenaje a un hombre excepcional, un visionario cuya trayectoria transformó el deporte, la filantropía y el mundo empresarial

Por Alejandro Fuentes

Olegario Vázquez Raña, uno de los empresarios más influyentes de México y figura clave en el desarrollo de sectores como la salud, los medios de comunicación, el deporte y la filantropía institucional, falleció hoy, 28 de marzo de 2025 a los 89 años. Nacido el 10 de diciembre de 1935 en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, don Olegario deja un legado que trasciende el ámbito económico y marca una época en la historia empresarial del país.

Hijo de Venancio Vázquez, un minero y comerciante español, y de María Raña, don Olegario comenzó a trabajar a los nueve años en la tienda de radios de su padre. Aquel primer contacto con el comercio sería el germen de una trayectoria empresarial extraordinaria, que se consolidaría décadas más tarde como uno de los conglomerados privados más diversificados y sólidos de México.

Junto a sus hermanos, fundó la cadena Hermanos Vázquez, pionera en acercar tecnología y electrodomésticos al consumidor popular mediante esquemas de crédito accesibles. La empresa se convirtió en un símbolo de movilidad social para miles de familias mexicanas. Sin embargo, su visión trascendió ese primer proyecto: en los años ochenta, don Olegario fundó Grupo Empresarial Ángeles —rebautizado en 2024 como Grupo Vazol—, integrando sectores tan diversos como la salud, las finanzas, los medios, la infraestructura y el turismo.

Don Olegario Vázquez Raña será recordado como un hombre de visión, carácter y palabra. Un empresario que entendió el impacto de construir con institucionalidad, sin estridencias ni protagonismos innecesarios

Entre sus principales activos se encuentran Hospitales Ángeles, Imagen Televisión, el diario Excélsior, Grupo Multiva, Hoteles Camino Real y la farmacéutica Kener, entre otros. Cada uno de estos negocios fue concebido no solo como una unidad rentable, sino como parte de un ecosistema institucional de largo plazo, donde la excelencia operativa y la responsabilidad social no eran opciones, sino ejes rectores.

En paralelo a su vida empresarial, Vázquez Raña fue un destacado deportista. Representó a México en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos como tirador deportivo —Tokio 1964, México 1968, Múnich 1972 y Montreal 1976—, rompiendo récords y cosechando triunfos continentales. Fue el primer mexicano en recibir el Premio Nacional del Deporte y presidió la Federación Internacional de Tiro Deportivo durante casi cuatro décadas, transformando su estructura y promoviendo la equidad de género y la modernización tecnológica del deporte.

En 2014, dio un golpe mediático al adquirir el Club Querétaro y concretar la histórica llegada del astro brasileño Ronaldinho a la Liga MX, en un episodio que demostró su aguda comprensión del valor del entretenimiento y el posicionamiento de marca en el ámbito deportivo.

Su vocación social tuvo una expresión clara en su presidencia de la Cruz Roja Mexicana, cargo desde el cual impulsó una profunda modernización, expandió su cobertura nacional y profesionalizó su estructura operativa. Su enfoque filantrópico fue sistemático y discreto: promovió donaciones médicas, becas educativas, campañas de salud pública y acciones de asistencia humanitaria, siempre desde una perspectiva institucional.

Le sobreviven su esposa, María de los Ángeles Aldir —con quien compartió más de 60 años de vida—, sus hijos María de los Ángeles, Mónica y Olegario, así como varios nietos, que fueron parte activa de su vida y orgullo constante.

Don Olegario Vázquez Raña será recordado como un hombre de visión, carácter y palabra. Un empresario que entendió el impacto de construir con institucionalidad, sin estridencias ni protagonismos innecesarios. Un mexicano que dejó huella en la salud, la información, el deporte y la vida pública. Un referente de sobriedad, compromiso y futuro.

Olegario en el deporte

Olegario Vázquez Raña fue un destacado deportista en la disciplina del tiro olímpico, pero en medida que fue escalando cargos directivos en la FEMETI -Federación Mexicana de Tiro- la cual llego a tener el control absoluto de todas las diciplinas del tiro olímpico y no, asi como la cacería, se convirtió en un hombre muy controvertido.

Y es que, Olegario, como presidente honorario vitalicio, siempre fue “la mano que movió la cuna” y mantuvo un férreo control en la FEMETI a través de la selección de la persona que contendería por la presidencia del organismo deportivo.

Cesar Villalobos entregando a Olegario un emblema del Club Chipocludos.

Primero como aficionado a la cacería y luego involucrado en el tiro al disco, junto con compañero del periódico La Voz de la Frontera, con la misma afición, dimos vida al Club Chipocludos, A, C. de tiro, caza y pesca.

Por azares del destino, en Tecate, a unos minutos del inicio de una Asamblea Electoral de la Asociación de Tiro Caza y Pesca de Baja California, el Lic. Guillermo Alba, del Club Tijuana, nos explico sus puntos de vista sobre la necesidad de un cambio en la directiva, coincidimos con sus observaciones y le pregunté ¿y por quien votaremos?… breve silencio y luego ¡por ti!, si aceptas ser el candidato a la presidencia?

No recuerdo cual fue la votación, pero la planilla organizada por clubes de Tijuana y encabezada por mí fue la que obtuvo mayoría de votos.

Asi fue como inicié mi peregrinar a la ciudad de Mexico para participar en las reuniones, asambleas y congresos de la Federación Mexicana de Tiro, en donde conocí a Olegario.

Sobre el tiro hay mucho que escribir, pero será en otra ocasión, sobre todo nunca fuimos pasivos, a grado de que una veintena de presidentes de asociaciones decidimos sacudir la imposición de Paulino Diaz, compadre de Olegario y presidente de la FEMETI, situación que costo la irregular expulsión de Edgardo Ontiveros, de Jalisco, Florencio Román Mesinas, de Nayarit y al que escribe.

Debemos de mencionar que el poder de Olegario fue superior al de Nelson Vargas, cabeza del deporte federado, quien, por mi conducto felicito a los presidentes que votamos por la salida de Paulino, pero al tiempo se rajó.

NO PUDO CON OLEGARIO.