
La reciente decisión de la Administración de Donald Trump de congelar los fondos federales destinados a la conservación del río Colorado ha desatado preocupación entre expertos y ambientalistas, quienes advierten que la medida podría comprometer seriamente la estabilidad del afluente.
Bahr subrayó que “existen acuerdos implementados que indican que cuando el nivel del agua del río Colorado llega a un cierto nivel se implementa un protocolo para que los estados disminuyan su consumo”.
Podrían estar orillados a recortes forzosos en uso de agua
La paralización de los fondos pone en peligro estas regulaciones y podría derivar en recortes forzosos del uso de agua.
Uno de los programas más afectados por esta decisión es el Programa de Eficiencia y Conservación del Sistema de la Parte Baja del Río Colorado. Este plan ha sido crucial para incrementar el nivel del lago Mead, el embalse de mayor capacidad en Estados Unidos.
En los últimos dos años, este programa logró inyectar 1,2 millones de metros cúbicos de agua al embalse, elevando su nivel en 2,7 metros (nueve pies).
El lago Mead, situado entre Nevada y Arizona, fue creado en la década de 1930 con la construcción de la presa Hoover y es un recurso esencial para millones de habitantes de Nevada, Arizona, California y México.
Gracias a su aporte, en años recientes se alcanzó un acuerdo histórico entre esos tres estados para reducir al menos 3,7 millones de metros cúbicos de agua hasta 2026.
La importancia del Río Colorado
Además de ser una fuente vital para el abastecimiento humano y agrícola, el río Colorado desempeña un papel clave en la generación de energía hidroeléctrica y en la conservación de la biodiversidad.
Con una extensión de 2.333 kilómetros (1.450 millas), este afluente abastece a grandes ciudades y comunidades agrícolas en Estados Unidos y el norte de México. Sin embargo, la combinación de décadas de sobreexplotación, los efectos del cambio climático y una sequía persistente han reducido drásticamente su caudal en la última década.
Ante este panorama, Bahr expresó su temor de que los niveles de agua continúen en declive, obligando a la implementación de restricciones más severas en el consumo.
La falta de financiamiento para programas de conservación y eficiencia hídrica podría agravar la crisis, poniendo en riesgo la seguridad hídrica de millones de personas en ambos lados de la frontera.
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