Por Óscar Eduardo Guzmán
La violencia que azota a México, alimentada principalmente por el narcotráfico, no se limita solo al tráfico de drogas y la disputa de los cárteles por el territorio. Hay otro mal que azota a nuestro país y donde el principal responsable es Estados Unidos: el tráfico de armas, asunto que pone en jaque la relación entre ambos países y del cual la presidenta Claudia Sheinbaum ya se manifestó.
El tráfico de armas de Estados Unidos a México
Se estima que cada año entre 200 mil y medio millón de armas de fuego, muchas de ellas de alto poder, cruzan ilegalmente la frontera desde Estados Unidos hacia México. Este flujo, conocido como el «río de hierro», está directamente relacionado con el incremento de la violencia de los cárteles de la droga y otras organizaciones criminales en México.
Según estimaciones, el 75% de las armas confiscadas por las autoridades mexicanas provienen de Estados Unidos. Tan solo en el sexenio del presidente AMLO, se confiscaron más de 50 mil armas de alto poder: rifles de asalto, rifles de guerra y pistolas de gran calibre, utilizadas por los cárteles no solo para enfrentarse a las fuerzas de seguridad, sino también para mantener su control sobre las regiones donde operan.
La tienda de Arizona que abastece De armas a los cárteles mexicanos
De acuerdo con una investigación de CBS News, cansado de ver cómo el flujo de armas continúa alimentando la violencia, el gobierno mexicano ha tomado una medida legal inusual para frenar este fenómeno: demandar a actores clave de la industria de armas de Estados Unidos, incluidos algunos distribuidores en el estado de Arizona y el gigante fabricante Smith & Wesson.
En particular, tiendas de armas en Phoenix, como Ammo AZ, han sido señaladas como principales responsables de vender armas a compradores que luego las entregan a traficantes.
Según las investigaciones, entre 2017 y 2021, se rastrearon alrededor de 566 armas confiscadas en México que provenían de tiendas de Arizona, donde supuestamente se vendían a «compradores testaferros» o intermediarios que actúan como fachada para adquirir las armas legalmente. Estas armas son luego trasladadas de manera ilegal a México y otras regiones, donde alimentan la guerra de los cárteles.
Jonathan Lowy, abogado estadounidense con más de 25 años de experiencia litigando contra la industria armamentista, ha señalado que frenar este flujo de armas no solo beneficiaría a México, sino también a Estados Unidos, al reducir problemas como el crimen organizado y las sobredosis de fentanilo.
«Si se detuviera el tráfico de armas hacia México, muchos de los problemas que afectan a Estados Unidos también se verían reducidos», declaró Lowy a CBS News.
El mercado de armas de guerra
Lo que diferencia el tráfico de armas que afecta a México de otros tipos de tráfico de armas es la naturaleza del armamento. Mientras que en Estados Unidos las tiendas de armas venden principalmente pistolas, escopetas y rifles de bajo calibre, los cárteles mexicanos prefieren armas de guerra como rifles de asalto AR-15 y rifles calibre .50.
Estas armas son mucho más poderosas, letales y capaces de atravesar blindajes y vehículos militares, lo que las convierte en las preferidas para las operaciones de los cárteles y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Tim Sloan, exagente de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), quien trabajó en México durante los años más violentos de la guerra contra las drogas, ha explicado que el tráfico de armas es relativamente sencillo.
«Todo lo que hace falta es cruzar la frontera en coche», explicó Sloan al mismo medio. Destacó la facilidad con la que las armas cruzan a través de una frontera porosa, a pesar de los esfuerzos tanto de las autoridades mexicanas como estadounidenses para contrarrestar este tráfico.
La postura de Claudia Sheinbaum y la cooperación internacional
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, también ha hecho de la lucha contra el tráfico de armas un tema central en su gobierno. En una carta enviada a Donald Trump el 26 de noviembre de 2024, Sheinbaum subrayó la responsabilidad de Estados Unidos en el flujo de armas hacia México.
«El 70% de las armas ilegales incautadas en México provienen de su país», escribió la presidenta, haciendo hincapié en que México no produce estas armas, ni es responsable de la demanda de drogas sintéticas. En su misiva, Sheinbaum instó al presidente de Estados Unidos a trabajar de manera conjunta para frenar este fenómeno, al considerar que ambos países comparten responsabilidades en la crisis de violencia.
Además, Sheinbaum aprovechó la ocasión para abordar el tráfico de fentanilo, resaltando que el consumo y la demanda de estas drogas sintéticas son problemas principalmente en Estados Unidos, y que la cooperación internacional debe ser clave para combatir el crimen organizado en ambas naciones.
Aunque el gobierno mexicano ha presentado demandas contra las tiendas de armas y fabricantes como Smith & Wesson, el camino legal para obtener resultados significativos será largo y complicado. La industria armamentista en Estados Unidos cuenta con fuertes protecciones legales, las cuales han dificultado en el pasado que los tribunales responsabilicen a los distribuidores y fabricantes por el tráfico ilícito de armas.
A pesar de las dificultades legales, México sigue comprometido con su lucha para frenar el tráfico de armas que alimenta la violencia en su territorio, así lo ha dejado en claro la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha resaltado que solo con cooperación se podrán resolver los problemas que comparten ambas naciones.
Más historias
EU sale al rescate de sus farmers
El engorde a corral caprino: una alternativa que transforma el descarte en oportunidad
Game Changers 2024: La resistencia al crimen organizado se ha debilitado