Debe más disculpas la presidenta
Por Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com
El México que llevó al atraso el ex Presidente y que heredó a su mejor alumna, no por ser la que más destacó por su gran inteligencia, como ocurre en la escuela, sino por ser la más obediente. La que jamás ha razonado una orden. La más fiel de los soldados y, sobre todo, no la mejor imitadora —para esto se necesita habilidad—, sino la que más se ha esforzado por parecerse a él, está lleno de sangre y camino al precipicio, gracias a los dos.
El ex Presidente tuvo la incalificable idea de exigir a España, pidiera perdón a nuestro país por la conquista, ocurrida hace 500 años, cuando la madre patria no era España y nuestro país tampoco era México y después de que su abuelo llegó a nuestro suelo en un barco, escondido en un barril, procedente de la Península Ibérica, de Ampuero, en busca de mejores expectativas de vida y encontró todas as condiciones para vivir con decoro.
Y su heredera, Claudia Sheinbaum, no es la que tuvo esa flamante idea. Pero sí es quien ha repetido que España debe disculparse. No porque tenga dentro de sí esa necesidad. Sino porque desea que su maestro se sienta orgulloso de ella. Tampoco quiere que se sienta orgulloso por su tino en la conducción del país. Sino por secundarlo en su delirio demencial. Enfermizo.
Lo más seguro es que no le importa si esa disculpa se da o no. Finalmente, no es ella quien la discurrió. Lo que importa, insisto, es que sea bastante notorio su agradecimiento a quien la convirtió en Presidenta sin contar con el mínimo mérito. A quien invirtió más de 50 mil millones de pesos en su desangelada campaña política y, de acuerdo con algunas investigaciones recurrió al mega fraude con los modernos métodos cibernéticos.
No obstante, no ha sido capaz de exigir a Estados Unidos una disculpa por haber arrebatado alevosamente la mitad del territorio mexicano. O por haber invadido México poco antes o en 1846. ¡Ah! ¡Se me olvidaba por que! Lo que ocurre es que el señor que con muchos trabajos habla español, no habla una palabra en inglés. ¡Se me olvidaba de nuevo! Dicen que una vez quiso hacerlo y para decir San Luis Potosí, dijo San Luis Potoyés.
Ya que la señora es tan exigente sólo con España ¿por qué no predica con el ejemplo? ¿Por qué ella misma no ofrece disculpas, no a otro país, sino a los mexicanos, por faltarles al respeto diariamente durante sus conferencias mañaneras, con tantas mentiras como las profería su guía tabasqueño?
¿Por qué no pide perdón por los 26 muertos en el derrumbe del colegio Rebsamen, durante su ejercicio en la delegación Tlalpan? ¿Por qué no pedirlo también por otros 26 muertos en la línea 12 del Metro, durante su administración como jefa de Gobierno de la Ciudad de México? ¿Por qué no por la proliferación de la delincuencia en la capital y presume que, gracias a ella bajaron los índices criminales, cuando nos dejó viviendo en zozobra?
Sólo en esta ciudad que gobernó, el crimen creció tanto, que hoy existen más de 15 organizaciones criminales que se dedican a sembrar el terror, sin que ninguna autoridad se atreva a intentar someterlas.
¿Por qué no pedir perdón por inventar novelas que hablan de su gran capacidad para resolver, cuando lo que ha podido apreciarse es que son sólo historias inverosímiles o presunciones de soluciones que nadie ha advertido? ¿Por qué no se disculpa por dar las respuestas más absurdas, como aquella de que si hay una invasión aquí tenemos el Himno Nacional?
Demolió el Poder Judicial para controlarlo a placer con personal elegido por el voto popular, pero controlado por su gobierno para disponer de él a placer, con lacayos iguales a los que integran su partido, Morena, en el Congreso de la Unión, que no son capaces de leer una iniciativa, sino sólo de aprobarlas para complacerla. Esto merece otra disculpa.
Anunció su plan de seguridad que no dice una palabra sobre las acciones para devolver la tranquilidad al país. Ya no habla de abrazos, pero tampoco dice que se los retirará. El crimen está peor que nunca y los gobernadores de Morena cínicamente coludidos. Pero la señora los apoya. Se lo dijo a los que dizque gobiernan Guerrero y Sinaloa.
¿Y dónde están sus disculpas? ¿Qué tiene que hacer con esa exigencia al rey de España, cuando lo que ella debe es de veras intolerable?
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