El observador
Por Gladys Villalobos*
«En silencio y en auto observación, uno comienza a reconocer la falsedad de la personalidad y su charla. Uno comienza a moverse más y más profundamente dentro del propio ser» Stuart Wilde, autor británico.
La falsedad de la personalidad que se refiere Wilde trata de esas versiones que hemos comprado de nosotros por encajar en un grupo, por complacer a los otros, por cumplir expectativas ajenas o incluso expectativas de nosotros mismos caducas.
En los últimos días ha permanecido en mi mente el tema de la auto observación ¿Podemos tomar una distancia suficiente de nosotros mismos como para auto observarnos? En esa distancia ¿en dónde le restamos protagonismo al ego e introducimos la objetividad?
Me recuerda cuando necesitas alejarte un texto para lograr ver con claridad las letras pequeñas o cuando en un museo hay una obra de arte tan grande que necesitas alejarte unos pasos para lograr apreciarla y definir si te gusta o no. Este segundo ejemplo se asemeja más a mi inquietud de verme “desde fuera”.
En ocasiones cuando me llega la ambivalencia en una decisión o para apreciar una situación que me cuesta trabajo contextualizar, ya sea mía o de otra persona, recurro al verme “desde fuera”.
Desasociarme, ser una espectadora de mí, desapegarme ¿Me gusta lo que veo o no? ¿quiero convivir con esa persona? ¿veo a una mujer en su equilibrio o víctima de la vida? ¿Qué le diría a esa mujer? ¿Qué me inspira?
Puede ser agradable o no darnos cuenta de nuestra realidad, pero a la vez, descubrimos que hay situaciones más sencillas o irrelevantes, complejas o trascendentales de lo que apreciamos en nuestros zapatos.
En un sentido, la observación y la exploración de uno mismo tienen entre otros, un fin común. El saber más de nosotros, a detalle, conocernos y reconocernos. Familiarizarnos con nuestra mente, con nuestro cuerpo. Nuestras fortalezas y debilidades. Nuestra casa donde habitamos toda la vida, que nos acompaña en cada paso que damos, en ocasiones es el territorio más desconocido para nosotros.
El ejercicio de ser espectador de nuestra vida se promueve en diferentes disciplinas espirituales como una practica responsable y profunda del autoconocimiento, de autenticidad y plenitud ¿lo aplicas en tu cotidiano, habías escuchado de ello?
“Lo Extraordinario de lo Cotidiano”, un espacio donde cada día es un motivo. A ti que me lees, valoro tu tiempo.
*Cachanilla de nacimiento, comunicóloga de profesión, amante del cuerpo por vocación. Crecí análoga, me convertí digital. Asesora en Comunicación, Redactora de Contenidos, Fotógrafa. Mi sitio: gladysvillalobos.wordpress.com/
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