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Entre Los Surcos…

Desprestigio como arma

Por CésarVillalobos López

Desde a fines del 2018, con la llegada del gobierno de la 4T encabezado por Andrés Manuel Lopez Obrador, en México se pudo de moda la mentira y se utilizó para engañar al pueblo bueno y noble, aquellos que esperaban un cambio que nunca llegó.

El principal embate presidencial, en las conferencias mañaneras, fue en contra de los comunicadores poseedores de amplia audiencia y credibilidad, a quienes no logro incluirlos en el sequito de aduladores.

Agarro parejo en contra de comunicadores de radio prensa y televisión, periodistas investigadores y analíticos que daban a conocer, a la opinión pública, situaciones de conflicto y corrupción del gobierno de Lopez Obrador.    

Hizo alaraca con las pensiones de los expresidentes y con el control de las dos cámaras del Congreso de Unión, logro su objetivo y se lanzo en contra de todo funcionario que ganara más que el sueldo que se asignó el presidente. 

Lopez Obrador enfatizo sobre corrupción en los gobiernos que le antecedieron, pronunciándose por el enjuiciamiento de los responsables[C1],  pero, por la ineficiencia del Fiscal General, o porque no entro elementos para proceder, nadie piso la cárcel.

Por otro lado, un multimillonario acto de corrupción descubierto y comprobado en la operación de SEGALMEX, a cargo del Lic. Ignacio Ovalle, primer patrón de Lopez Obrador en el gobierno de la república, resulto blanca paloma y el presidente aseguro que no era responsable, que había sido engañado por funcionarios provenientes del PRI.

Con la llegada de la presienta Claudia Sheinbaum, todo continua igual, o peor. 

Pues resulta que, a la jefa de la nación, le gano la tripa y no tuvo empacho en afirmar que el presidente del Partido Acción Nacional, era “traidor a la patria”, pero solo eso.

Sin duda, la afirmación, si la puede justificar dentro del contenido de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tiene la obligación de promover un juicio en su contra y aplicar todo el peso de la Ley.         

Ah, pero si no lo comprueba es un acto irresponsable y vergonzoso de la primera presidenta de Mexico, por lo cual, el ofendido puede exigir una aclaración y hasta iniciar un procedimiento legal en su contra.  

Lopez Obrador trato de engañar a los mexicanos en cuanto a la narcoviolencia y otros tipos de delitos como asesinatos y feminicidios, asegurando siempre que estaban a la baja.

Lo grave es que la primera mujer presidenta ha seguido los mismos pasos, minimizando lo que todos días se conocen por conducto de los medios de comunicación. 

¿Así como pues?