Por Rosa Chávez Cárdenas
Los robos de WhatsApp crecieron 700% en México en este año por los cálculos de la organización civil Consejo Ciudadanos para la Seguridad y Justicia (CCPSJ). Una ves que los delincuentes tienen el control del WhatsApp lo utilizan para realizar extorsión y chantaje. Se hacen pasar por familiares o amigos en problemas y solicitan un préstamo, prometen que lo regresaran unas horas más tarde.
La mayoría de las veces piden montos de $3500 pesos, hasta $7500, pero cuando la víctima, hace el primer depósito pueden envolverla y pedirle más de $10,000 pesos.
Los delincuentes, se encuentran en las cárceles desde ahí manejan el negocio y tienen sus operadores en las calles para retirar el dinero del cajero, son adictos, la ganancia la utilizan para comprar droga, comentó uno de ellos cuando le preguntaron, cuanto ganaba de comisión “ni se, porqué entre más gano me meto más droga” Le llaman “ya calló el dinero” acuden al cajero del banco para hacer el retiro. La delincuencia se ha incrementado como pandemia, la venta de drogas cambio de modalidad ahora el negocio está en las drogas sintéticas, más baratas, pero más adictivas con efectos destructivos, es de lo que se quejan en Estados Unidos.
Una de las modalidades para apoderarse del WhatsApp, es llamar a la víctima, indican al usuario que recibirá un paquete y para eso necesitan un código a través de un mensaje SMS que debe ser compartido para reclamar el paquete. La contraseña requerida es en realidad el código de confirmación y con esto activan la cuenta en otro dispositivo.
Pensé que a mí no me pasaría ya estaba muy familiarizada con este tipo de extorsiones. Varias veces me llegaban mensajes: -Hola ¿cómo estás? – Bien ¿y tú? Ya estaba atenta a estos mensajes. -tengo un problema. Mi respuesta: ¿en qué te puedo ayudar? -Tengo que hacer un pago y no alcanzo a cubrirlo, me puedes prestar $3500 pesos y te los regreso en la tarde. – Con todo gusto ¿en dónde te deposito? De inmediato envían la cuenta del banco. -Te pido que el depósito lo envíes a este nombre. Nada que ver con el nombre del contacto o de la amiga. En varias ocasiones en cuanto recibía el número de cuenta, mi respuesta inmediata “Trabajo en la fiscalía y ahorita mismo hago la denuncia al banco” como magia desaparecen.
Me encontraba en una reunión y recibí una llamada. “Su paquete llegará en una hora a su consultorio, o quiere que se lo envié a otro domicilio” un pedido que me llega cada mes, de manera ingenua pensé que llamaban de la paquetería. Me pidió que anotara un código, me pidieron que lo escribiera. En un momento ya estaba hackeado mi número. La contraseña requerida es el código de confirmación y con esto activan la cuenta en otro dispositivo En unos minutos me llamó una amiga para decirme “están pidiendo dinero de tu WhatsApp”. Horas después me enteré qué amigas solidarias ya habían depositado a la cuenta sin percatarse del engaño, a pesar de que advertía que la cuenta estaba a nombre del defraudador. La solución que proporciona la empresa de telefonía es cambiar de número. No acepté, desde que inició el celular siempre he tenido el mismo número y mis pacientes a pesar de los años lo siguen conservando.
Hice todo el proceso para recuperar y blindar mi número después de esta mala experiencia. Amigas solidarias depositaron a la cuenta del delincuente. Con la intención de ayudar de alguna manera a las amigas que amablemente depositaron pensando que yo estaba en apuros, acudí a hacer una denuncia a la Fiscalía. Ya están familiarizados con este tipo de delitos por el tema de la paquetería. Al finalizar, me recomendó que regresara en 10 días hábiles para ratificar la denuncia e iniciar la investigación. Salí con una denuncia en la mano pensando que sería una más de las estadísticas. El defraudador de inmediato retira el dinero y cambia de cuenta. Lo que no entiendo, para abrir una cuenta en el banco piden varios requisitos: comprobante de domicilio, huellas de todos los dedos y varias claves. Pero, estos defraudadores tienen tantas cuentas a su favor. Hoy en día les ofrecen dinero a cualquier joven para que abra una cuenta en un Oxxo. Debemos presionar a las autoridades para que se prohíba esta práctica o les pidan los requisitos que piden los bancos.
En otro orden de ideas. Muchas personas creen que evitan fraudes al no contestar números desconocidos, pero en ocasiones sucede que a su familiar le roban el celular, su auto, y se queda sin dinero, entonces hace una llamada de otro teléfono y no le contestan. El hijo adolescente que necesita ayuda o está esperando en la escuela, el Uber de la moto que pregunta el domicilio del envío de un teléfono desconocido y no le contestan.
Una petición a las autoridades es que retiren los celulares a los presos y solo les permitan hacer llamadas en caso necesario de un teléfono donde escuche un custodio. La tecnología, las redes sociales, la IA nos han traído beneficios y también muchos fraudes y con la IA se han agravado porque imitan hasta la voz de las personas informando que le hijo está secuestrado, tenemos que estar informados para estar alerta. En estos tiempos no podemos prescindir de la tecnología, los bancos nos exigen que los movimientos se lleven a cabo en el celular y tenemos que aprovechar los beneficios que nos ofrecen. Si te piden dinero del WhatsApp de un amigo, familiar llámale por teléfono para que le informes.
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