Por Rosa Chávez Cárdenas
Los valores operan como principios a partir de los cuales se regulan las conductas, sirven como guías para el grupo social en el que nos desenvolvemos. Proveen las herramientas para el desarrollo reconociendo la dimensión, física, intelectual y emocional. La tolerancia es un valor indispensable en las sociedades democráticas, es la capacidad de aceptación entre personas, tolerar con respeto lo que no es similar a los valores, creencias personales y a las normas establecidas por la sociedad. Tolerancia social es el respeto a las ideas, creencias, prácticas diferentes y contrarias a las propias, incluso de las religiones que profesen. La tolerancia es un valor, una actitud que se cultiva. El cultivo de la paciencia y la tolerancia son antídotos que contrarrestan los conflictos ocasionados por pensar diferente.
El respeto consiste en saber valorar los intereses y necesidades de los otros, se requiere en todos los ámbitos que nos rodean: las plantas, los animales, las persona y el medio ambiente. En palabras de José Martí “la patria es la equidad, el respeto a todas las opiniones y el consuelo a quienes están tristes”
Se ha perdido el respeto por la vida: la violencia, los secuestros, la extorsión, el lavado de dinero, las ejecuciones, la trata de personas y los desaparecidos, se vuelven una estadística más. Es importante combatir el descontento social, el pesimismo, el resentimiento, la desconfianza, la indiferencia. Nos urge conciencia social, una sociedad unida, honesta, responsable que recupere la moral colectiva que le han robado en la ambición, la impunidad y la corrupción, urge rehacer el tejido social, vivir en paz.
El tema de la tolerancia se pone en la palestra por el debate que se suscitó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos en Paris 2024. Mostraron una actuación que algunos consideraron una parodia de la Última Cena, la obra de Leonardo da Vinci. La Conferencia Episcopal Francesa y en México, hasta el cardenal y varios sacerdotes expresaron su descontento, calificando la escena como una burla al cristianismo.
Sorprende que la iglesia católica y muchos católicos estén tan indignados por un performance y no se indignen por la violencia, los muertos, los desaparecidos, la corrupción, la extorsión, la impunidad con la que opera el narcotráfico en nuestro país. Los indígenas en Chiapas están desamparados, desplazados de su tierra por los conflictos de los carteles de la droga luchando por el poder de la plaza.
Los organizadores de las olimpiadas declararon que no tenían la intención de ofender y que estaba inspirada en una celebración pagana relacionada con los dioses del Olimpo. La critica despertó el odio y resentimiento de los puristas, las redes sociales se convirtieron en catarsis muchos se unieron a la indignación sin haber presenciado las 4 horas del evento. Inauguración nunca vista, por primera vez fuera de los estadios, mostraron Paris, los edificios, el rio Sena, la Torre Eiffel, su ciudad de la que los franceses se sienten tan orgullosos, fueron años de preparación, el costo solo de la inauguración 122 millones de euros. Evento que por unas dos semanas convoca a competir a los mejores atletas de todos los países del mundo.
En otro tema circula en las redes fotos de la titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara, cenando a todo lujo en el restaurante Au Pied de Cochon. Para ella si hay presupuesto, recordarán que a las nadadoras les ordenó que vendieran calzones y trajes de baño para financiar sus entrenamientos. Con tanta polémica por su indiferencia y corrupción amenazan con dejarla de nuevo en el cargo.
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del Dolor y Dra. Rosa Chávez
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