Semanario El Pionero

Expresión de Mexicali y su Valle

Epístola

Por Jesús Víctor Ferrer C. 

Estimado Señor Director: 

Callaron como momias por muchas horas las autoridades mexicanas, luego de enterarse que dos de los capos más buscados tanto en este país, como en el vecino del norte, estaban bajo custodia de las autoridades norteamericanas en un aeródromo de Santa Teresa, Nuevo México, en las cercanías del Paso, Texas. 

La principal nota en los medios de comunicación desde las primeras horas de la tarde del jueves 25 de julio era la detención, entrega negociada, engaño, traición o como quiera llamársele de Ismael “N” y de Joaquín “N” uno de los “chapitos”, quienes se encontraban en aquel lugar a disposición de las autoridades norteamericanas. 

Esa “descobijada” que les dieron a TODAS las dependencias relacionadas con seguridad de México incluyendo al mando supremo de esas corporaciones, que se vieron exhibidas por las autoridades norteamericanas, porque supieron de esos hechos casi al mismo tiempo que corría la noticia por las redes y en los noticieros de medios electrónicos. 

Para terminar de hacer el ridículo, al día siguiente en “la mañanera” se volvieron a exhibir. Primero diciendo que ellos ignoraban si habían sido detenidos o se habían entregado en México o al otro lado de la frontera; si habían participado en nuestro territorio agentes norteamericanos, pero sobre todo, negando enfáticamente tanto AMLO como Rosa Icela,  cualquier intervención de las fuerzas de seguridad mexicanas en el operativo, como tratando de justificarse ante los lideres del crimen organizado, pero además dando datos falsos producto de un deficiente o inexistente servicio de inteligencia, cuyo principal consejero de YSQ y RIRV, parece ser un productor de series de narcos, Epigmenio “N”, quien probablemente les aconsejó con base en uno de sus guiones, que dieran datos de alguna aeronave que hubiera salido la mañana del jueves del aeropuerto de Hermosillo con destino al estado de Nuevo México. 

Y prestos lo hicieron , “descubriendo” que una avioneta monomotor Cessna con matrícula N8454Z piloteada por su propietario Larry “N”, coincidía con esos detalles divulgando sus datos personales como es costumbre en las «mañaneras», sin preservar su identidad, ni tampoco la del agente de migración, del gestor del plan de vuelo y el administrador del aeropuerto de Hermosillo, que dieron salida a la avioneta, repitiendo la violación de publicitar sus nombres completos, sin tener la certeza de que Ismael “N” y Joaquín “N” el “chapito”, se habían subido a esa aeronave, a pesar de que desde el jueves por la tarde, las fotos que circularon en relación con ese evento era algo totalmente diferente: Un avión Beechcraft King Air bimotor tuboprop de 8 plazas por cierto sin matrícula visible, que seguramente despegó en una de las carreteras ubicadas en el llamado “triángulo dorado” recientemente pavimentadas en el presente sexenio y no en una pista clandestina donde acostumbran bajar las avionetas Cessna.

Derivado de lo anterior, surgen una serie de preguntas, que se deben dilucidar, porque al tener declaraciones parciales de las autoridades norteamericanas, que dan a conocer lo que a ellos les conviene, por lo que las autoridades mexicanas mejor deberían sentarse para que no se cansen de esperar más datos, que llegarán cuando les plazca a las autoridades del vecino país. 

Regresando a las interrogantes, empezaremos preguntando ¿Ismael “N” y Joaquin “N”“el chapito”, no traían escolta cuando se entregaron o los detuvieron? ¿Una persona que desde los 16 años se inició en asuntos del narco, que nunca había sido detenido se sube a una avioneta sin conocer al piloto de la aeronave? ¿De dónde realmente despegó ese avión? ¿De Culiacán, de Hermosillo, de una carretera recien pavimentada cerca de Badiraguato o de una pista clandestina? ¿A su edad y con su experiencia Ismael «N» pudo ser engañado por “el chapito»? ¿Si supuestamente eran enemigos, porque se subieron al mismo avión? ¿Alguien cobró ya los millones de dólares que se ofrecían por la captura de ambos personajes? ¿Mejorará la seguridad de los sinaloenses con la llegada a Culiacán de 300 elementos de fuerzas especiales? ¿Viajaron estos presuntos delincuentes solo con el o los pilotos sin ningún custodio? ¿Dónde se encuentra físicamente Ovidio? ¿Si fuera el caso de una entrega pactada, las declaraciones que hagan, a cambio de que beneficios para ellos o sus familiares? ¿Qué relación existe entre estos hechos con el vandalismo y profanación en Culiacán de las tumbas del padre y hermano de Dámaso «N» conocido como «El minilic»? ¿Igualmente que relación existe con el homicidio en Culiacán de Melesio Cuen? ¿Quién queda al frente del grupo que comandaba Ismael “N”? ¿Cuántos políticos y funcionarios de nuestro país están temblando de miedo al saber que ambos detenidos se convertirán en testigos protegidos? ¿Habrá tiempo para otro fracasó monumental en materia de seguridad antes de que termine este sexenio? ¿Cuándo viajará Nemesio el «mencho» a los Estados Unidos de Norteamérica?

Todas estas interrogantes creo que se pueden dilucidar en una narcoserie de 100 capítulos producida por Epigmenio “N” (nótese que como no somos iguales, aquí no se publican datos personales, aclarando que tenemos los nombres completos de los involucrados) misma que puede ser financiada con el benéplácito de YSQ mediante un préstamo de 150 millones de pesos al Banco de Comercio Exterior a un plazo de 30, 60 y nunca.

Correrá mucha tinta y serán interminables horas de transmisión en los medios electrónicos, sin contar las falsas noticias en las redes sociales, para conocer más o menos la verdad de este episodio, porque los servicios de inteligencia mexicanos, solo están para investigar donde viven, cuánto ganan y que propiedades tienen Loret, Ciro y Joaquín.

Un saludo 

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