El cambio climático representa uno de los mayores desafíos para la humanidad en la actualidad, intensificando la crisis global del agua
La variabilidad climática, junto con fenómenos extremos como sequías e inundaciones, está generando un impacto devastador en la disponibilidad de agua potable en América Latina y el Caribe.
Según estimaciones del Banco Mundial, “para el año 2030 la brecha entre la demanda proyectada y la oferta de agua disponible en el mundo podría alcanzar el 40%.” En esta región, pese a poseer cerca de un tercio de los recursos hídricos del planeta, se observa un aumento alarmante del estrés hídrico. Esta situación se agrava debido a la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación del agua y el incremento descontrolado de la demanda.
Las cifras son alarmantes. “Cerca de 150 millones de personas en América Latina y el Caribe viven en áreas con gran carencia de agua”, según datos del Banco Mundial. Este problema no solo afecta la disponibilidad de agua para el consumo humano, sino que también impacta en la agricultura, las industrias y los ecosistemas, generando consecuencias negativas como la escasez de alimentos, la migración de poblaciones y la pérdida de biodiversidad.
Frente a esta situación, es fundamental mejorar la gestión del agua en la región. Latinoamérica registra un desempeño bajo en este aspecto, sobre todo por la falta de instituciones básicas y regulaciones efectivas. Es necesario priorizar la implementación de políticas, instituciones y proyectos sólidos que promuevan un uso adecuado y sostenible del recurso hídrico.
Pablo Pizarro, municipal market & digital solutions manager de Xylem LATAM, y Nicolás Monterde, COO Spanish LATAM de Idrica, desgranan algunos de los desafíos hídricos a los que se enfrenta Latinoamérica con la mirada puesta en un objetivo: asegurar un futuro sostenible en la región.
Desafíos hídricos en América Latina
1. Cambio Climático: alarma ante la creciente escasez de agua
El cambio climático agrava las crisis hídricas en América Latina, provocando eventos climáticos extremos como sequías e inundaciones. Países como México y Brasil han experimentado sequías severas que afectan la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica y el suministro de agua potable. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), se espera que la disponibilidad de agua disminuya en un 10-20% en algunas áreas para 2050.
Para Monterde es el primer desafío claro al que se enfrentan todos los organismos del mundo: “En la región, desde México hasta Chile, tenemos organismos que se están enfrentando a situaciones de sequía histórica extrema. Cabe recordar el caso de Monterrey, una situación que aún no se ha revertido por completo, en la que se sufrió un episodio severo de escasez de agua y en la que la tecnología ha sido de gran ayuda para controlar la situación”.
2. Estrés hídrico y la pérdida de agua
América Latina es una de las regiones con mayor estrés hídrico. El aumento de la demanda y la pérdida de agua en los sistemas de distribución no hacen sino añadir presión a uno de los desafíos hídricos más relevantes. Tal y como señalan el SUNASS, para el 2040, Perú, Chile, México, República Dominicana y Argentina serían los países más afectados por el estrés hídrico y el 43 % de la población de América Latina y Caribe viviría en zonas de estrés hídrico de moderado a extremo.
Además, el exceso de extracción de agua de los acuíferos, la infraestructura de distribución obsoleta y las fugas en las redes de suministro contribuyen a este problema. Según Pablo Pizarro, «Latinoamérica exhibe un preocupante 40% promedio de pérdidas, es decir, del total del agua potable que se produce, un 40% se pierde antes de llegar al usuario final.» La necesidad apremiante es mejorar la infraestructura y la gestión para reducir estas pérdidas y garantizar un uso más eficiente del agua.
3. Gestión del agua en el ámbito urbano
El rápido crecimiento de las ciudades, la falta de infraestructura adecuada y la contaminación son algunas de las principales dificultades para suministrar agua potable y gestionar aguas residuales en entornos urbanos. Tal y como señala la CEPAL, América Latina es la región más urbanizada del mundo en desarrollo. Dos tercios de la población latinoamericana vive en ciudades de 20.000 habitantes o más y casi un 80% en zonas urbanas.
Pizarro destaca que «la creciente escasez de agua, la necesidad de alcanzar el 100% en cobertura de saneamiento y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), y la presión para ofrecer un mejor desempeño operacional, son algunos de los principales desafíos que enfrenta la gestión del agua en el ámbito urbano”. Agrega que se requiere “una inversión significativa en infraestructura y tecnología para mejorar la calidad del agua y garantizar un suministro confiable”.
Por su parte, Monterde afirma que los servicios de abastecimiento de agua potable y saneamiento “son fundamentales para el desarrollo económico y social de la región. Es de gran importancia que los gobiernos y la sociedad en su conjunto reconozcan el agua como un recurso estratégico y finito, adoptando prácticas sostenibles para garantizar su disponibilidad a largo plazo”. Para el directivo de Idrica, “es crucial promover la participación ciudadana y concientizar sobre la necesidad de adoptar prácticas sostenibles en el uso del agua para asegurar la sostenibilidad hídrica en América Latina”.
4. Tecnología en la gestión del agua en la agricultura y la industria
Uno de los desafíos hídricos más latentes de América Latina reside en la necesidad de adoptar tecnologías avanzadas para gestionar eficientemente el agua en sectores clave como la agricultura y la industria.
Cabe señalar, en este punto, que la agricultura es uno de los motores económicos de esta región en la que algunos países como Brasil, Argentina, Chile, Colombia o Perú, se sitúan a la cabeza en cuanto a producción mundial de algunos productos agrícolas. En este sentido, el directivo de Xylem indica la importancia de la tecnología digital “como un habilitador para mejorar la gestión del agua en los procesos productivos, lograr ahorros en el uso del agua, así como optimizar los costes asociados a su tratamiento”.
Por su parte, Monterde menciona que la adopción de nuevas tecnologías “es fundamental para reducir el consumo de agua y minimizar el impacto ambiental, y aunque depende mucho de la cultura de las empresas, es algo que se valora mucho a nivel de costo-beneficio, de retorno de inversión”.
La monitorización del uso del agua, la implementación de sistemas de riego eficientes y la reutilización de aguas residuales son algunas de las soluciones tecnológicas que pueden ayudar a optimizar el uso del agua en estos sectores.
5. Digitalización en el sector del agua
La digitalización del sector del agua, entendida como la implementación de tecnologías digitales para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad en la gestión del agua, es, sin duda, uno de los desafíos hídricos más importantes de la región.
Basada en la utilización de sensores para monitorear la calidad del agua, el uso de sistemas de gestión inteligente para optimizar el suministro y la implementación de plataformas de datos para el análisis de información, la digitalización mejora la gestión del agua y la toma de decisiones. En este sentido, Pizarro señala que la frase “lo que no se mide no se conoce, y lo que no se conoce no se gestiona explica bastante bien las posibilidades de éxito para una empresa de saneamiento y de alcanzar sus objetivos tanto operacionales, como financieros y de sostenibilidad. Es decir, se requiere no sólo recolectar datos, sino que analizarlos e interpretarlos”.
Monterde agrega que la digitalización del sector del agua es uno de los desafíos más importantes cuyos frutos ya se están comenzando a vislumbrar. «La adopción de tecnología y de nuevas herramientas de trabajo están siendo de gran ayuda para mejorar la eficiencia operativa, reducir las pérdidas y garantizar un suministro confiable de agua potable a la población”.
Un buen ejemplo de esta digitalización es la empresa Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM), quien recientemente obtuvo el premio Innovation Water Circularity Award 2024, que otorga WEX Global, certamen internacional que impulsa el intercambio de conocimientos y mejores prácticas entre los principales actores mundiales de los sectores hídricos y energético, y que recientemente celebró su 19ª edición en Madrid.
* Análisis elaborado por Idrica.
*Del portal
Más historias
Países abogan por duplicar el financiamiento para adaptación al cambio climático
Un rotundo “NO” del campo de Francia a acuerdo con el Mercosur
Futuro de agricultura pasa por fortalecer productores y subir sus ingresos, dicen expertos