Tras acumular cosechas durante gran parte de esta temporada debido a los bajos precios, muchos agricultores de la mayor nación productora de maíz del mundo siguen rehuyendo a los compradores a pesar de los pocos indicios de que los precios vayan a mejorar
Por P.J. Huffstutter y Karl Plume *
CHICAGO, (Reuters) – Eric Kroupa, agricultor de Dakota del Sur, recibió una avalancha de llamadas de comerciantes de grano y plantas de etanol para comprar el maíz que tenía guardado en sus depósitos cuando los precios se acercaron a máximos de 4 meses y medio el mes pasado.
Vendió una parte, pero está esperando a que los compradores suban sus ofertas para vender más. Desde entonces, los precios han bajado y se sitúan justo por encima de los mínimos de tres años registrados en febrero.
«Hay mucho maíz, pero está en los contenedores de los agricultores y no en manos de los consumidores finales», afirma Kroupa.
Tras acumular cosechas durante gran parte de esta temporada debido a los bajos precios, muchos agricultores de la mayor nación productora de maíz del mundo siguen rehuyendo a los compradores a pesar de los pocos indicios de que los precios vayan a mejorar. Los suministros de grano son abundantes y las primeras calificaciones de las cosechas de verano boreal son las mejores en años.
Un volumen de grano mayor de lo normal sigue sin venderse, según las entrevistas realizadas por Reuters a 15 granjeros de todo el Medio Oeste estadounidense. Para septiembre de 2025, se espera que los inventarios de maíz de Estados Unidos alcancen el nivel más alto de los últimos seis años, según el Departamento de Agricultura estadounidense.
La incertidumbre en torno a si los agricultores liquidarán sus existencias y cuándo lo harán podría agitar los precios de los cereales, tanto en los mercados al contado como en los de futuros.
Los agricultores corren el riesgo de esperar demasiado para vender, ya que es probable que la avalancha de grano recién cosechado haga bajar los precios en octubre y noviembre. Los compradores, conscientes de la proximidad de la cosecha, siguen necesitando suministros suficientes para que las plantas de procesamiento sigan funcionando y las exportaciones fluyan este verano.
Según Angie Setzer, socia de Consus Ag, con sede en Michigan, se está perfilando un enfrentamiento económico entre cultivadores y compradores de grano.
«No he visto nada igual en mi vida. Nadie está comprometido, ni el agricultor ni el consumidor», dijo Setzer.
Muchos agricultores vendieron lo justo esta primavera boreal para cubrir sus necesidades de liquidez a corto plazo, según Setzer. Algunos confían en que la climatología adversa de este verano en el hemisferio norte provoque un repunte de los precios, aunque nada está garantizado.
Tres agricultores dijeron a Reuters que convencieron a los proveedores de semillas y productos químicos para que redujeran los recargos por demora, lo que les permitió conservar su cosecha. Otros, como Kroupa, recurren al mercado de futuros para protegerse del riesgo de nuevas caídas de precios.
En tanto, los compradores comerciales apuestan por precios más bajos este verano boreal debido a la superabundancia de grano, según los analistas.
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